El agujero de ozono ha crecido este año debido a que se registra un invierno más frío de lo normal en el hemisferio sur, de acuerdo la NASA.

Según la agencia espacial, el agujero es en realidad un adelgazamiento de la capa de ozono en la estratosfera sobre la Antártida que se produce todos los septiembres.

Los seres humanos producen átomos de cloro y bromo derivados de compuestos, mismos que se liberan en la estratosfera cuando el Sol sale de la Antártida al final del invierno, lo que provoca reacciones que acaban destruyendo e ozono.

La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de los Estados Unidos (NOAA) junto con la NASA destinaron tres satélites que monitores el agujero, el satélite Aura, el Suomi NPP y el JPSS NOAA-20.

Las observaciones de la NASA determinaron que las temperaturas, más frías que la media y los fuertes vientos en la estratosfera que rodea la Antártida, contribuyeron a que el agujero de ozono alcanzará un máximo de 24.8 millones de km², casi el tamaño de América del Norte.

“Se trata de un gran agujero de ozono debido a las condiciones estratosféricas de 2021, más frías que la media, y sin el Protocolo de Montreal habría sido mucho mayor”, dijo Paul Newman, científico jefe de Ciencias de la Tierra en el Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA.

Aunque el agujero de ozono de la Antártica de este año es mayor que la media, sigue siendo más pequeño que los que se observaron a finales de la década de 1990 y principios del 2000.

Los científicos estimaban que la capa de ozono, se recuperaría completamente para 2060, pero está siendo más lenta de lo previsto y parece ser que no será antes de 2070.

Agencias