BERLÍN (AP) — El gobierno alemán bloqueó el miércoles la venta de una fábrica de chips a la subsidiaria sueca de una compañía china, una decisión que se produce en momentos en que Berlín trata de resolver su enfoque futuro hacia Beijing.

La decisión del gabinete sigue a un arreglo reciente sobre la inversión de una firma naviera china en una terminal de contenedores en Alemania y una visita a Beijing la semana pasada del canciller Olaf Scholz.

El paso era esperado, luego de que la compañía alemana Elmos dijo esta semana que la venta por 85 millones de euros de su fábrica de chips en Dortmund a la firma sueca Silex Microsystems AB casi seguramente sería prohibida. Silex es propiedad de Sai Microelectronics, una compañía china, de acuerdo con la prensa alemana.

El ministro de Economía, Robert Habeck, declaró que el gobierno bloqueó además una segunda inversión por un inversionista externo a la Unión Europea, pero no dio detalles porque el asunto está sujeto aún a la confidencialidad de negocios de la compañía involucrada.

Al frenar ambos acuerdos, Habeck alegó que Alemania debe proteger su seguridad y que “existe una necesidad particular de proteger áreas críticas de producción”.

“Lo importante es el mensaje político de que estamos en una economía de mercado abierto, que las inversiones extrajeras —incluso de países fuera de la Unión Europea— son bienvenidas, pero una economía de mercado abierto no significa una economía de mercado ingenuo”, afirmó a los reporteros.

Los gobiernos en Occidente han estado preocupados recientemente por las ambiciones tecnológicas de China y su política exterior. Estados Unidos y otros gobiernos han apretado sus controles sobre el acceso a microprocesadores y otras tecnologías.

El gobierno de casi un año de Scholz ha señalado un alejamiento de su predecesora Angela Merkel, de un enfoque hacia China basado en el comercio. Planea trazar pronto una “estrategia amplia hacia China”.