Buenos Aires, 21 dic. (EFE).- Con el verano recién estrenado y el consecuente aumento de la circulación de personas, Argentina inició este lunes una nueva extensión, hasta el 31 de enero, de las medidas para frenar el coronavirus, en un momento de incertidumbre por la aún alta curva de contagios y por la llegada de las vacunas.

Aunque hace semanas que la media diaria de nuevos casos se viene ubicando muy por debajo del récord de 18.326 positivos registrado el pasado 21 de octubre, en los últimos días las autoridades han alertado de que ese descenso ha empezado a estabilizarse, coincidiendo con la cada vez más transitada vía pública y el relajamiento de las medidas por parte de la población.

“En Argentina, si bien nos encontramos en este momento con un descenso en el número de casos, esto no es así en todas las jurisdicciones. Es importante tener en cuenta que seguimos en la gran mayoría de las localidades con transmisión comunitaria de virus”, dijo hoy la directora nacional de Epidemiología, Analía Rearte.

De cara a la celebración de las fiestas navideñas, temporada alta estival en el país y para las que ya se ven calles y centros comerciales repletos de gente, la experta llamó a respetar las recomendaciones de distancia social y tratar de celebrar en espacios abiertos o muy ventilados y en reuniones que no sean masivas.

LA INCERTIDUMBRE POR LA VACUNA

A la situación epidemiológica -Argentina acumula 1,54 millones de contagiados desde marzo, de los que aún quedan 131.126 con la enfermedad en curso, y 41.813 personas fallecidas-, se suma la incertidumbre y la confusión en torno a la futura, y según el Gobierno inminente llegada de las primeras vacunas.

La semana pasada, el proceso de compra de la vacuna rusa Sputnik-V, el más avanzado de todos en el país, creó polémica después de que el presidente ruso, Vladimir Putin, dijera que aún no está lista para las personas mayores de 60 años.

La oposición argentina lanzó fuertes críticas e incluso un grupo de diputados pidió realizar un juicio político al ministro de Salud, Ginés González García, para pedir explicaciones acerca del acuerdo con Rusia, por el que el Ejecutivo previó recibir 300.000 dosis antes de fin de año y vacunar en especial a personal esencial, a personas con enfermedades prevalentes y mayores de 60.

En declaraciones al canal TN, González García confió anoche en que las autoridades rusas den ya el visto bueno a su aplicación para mayores de esa edad y advirtió de que todas las vacunas se empiezan a probar primero en gente de entre 18 a 60 años, de menos riesgo, y después se van ampliando a los otros grupos.

“La vacuna no va a ser aplicada si no tiene la autorización de emergencia (por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica), eso puede ser muy rápido porque nosotros no vamos a dejar de trabajar porque sea feriado o festivo”, señaló.

Ahora la duda está en cuándo llegarán las primeras dosis, algo que se había anunciado para los próximos días: “Estoy casi seguro que sí (…) estoy convencido de que va a llegar. Tenemos la logística preparada, los aviones que van, las cosas que vienen, lo que nos falta es obviamente completar alguna información que estamos buscando de hace ya más de dos meses”, dijo el ministro.