BUENOS AIRES (AP) — Ante el preocupante rebrote de casos de nuevo coronavirus en Argentina y la presencia de las variantes de Gran Bretaña y Brasil en el país, el gobierno del presidente Alberto Fernández aplica desde el lunes una serie de medidas que restringen la circulación y refuerzan los controles sanitarios.

Las medidas, puestas en vigor en momentos en que la vacunación transcurre lentamente, incentivan el trabajo de forma remota, prohíben el ingreso al país a través de los pasos fronterizos terrestres y reprograman o cancelan el arribo de vuelos internacionales.

El Ejecutivo incrementó el alerta ante el aumento paulatino de contagios y la detección de 45 casos de las variantes del Reino Unido y de Manaos -de mayor grado de contagiosidad- en la capital argentina, la populosa provincia de Buenos Aires y los distritos de Córdoba, Tucumán y Santiago del Estero.

La llegada del rebrote en coincidencia con el inicio del otoño austral está impactando especialmente en 45 departamentos de una docena de provincias.

La ministra de Salud Carla Vizzotti y el jefe de Gabinete Santiago Cafiero reconocieron la preocupante situación epidemiológica durante el anuncio de las restricciones el domingo por la noche.

Las autoridades de la ciudad de Buenos Aires también han manifestado su preocupación al señalar que la segunda ola tiene un ascenso “más vertiginoso”.

Los empleados del sector público nacional están eximidos de asistir a sus lugares de trabajo desde el lunes hasta el miércoles y pueden cumplir sus tareas de modo remoto. El Ejecutivo invitó a sumarse a esta medida a los gobiernos provinciales, municipales, a los poderes legislativo y judicial y al sector privado.

Además quedaron cerrados más de 200 cruces internacionales, entre ellos los que se habían abierto transitoriamente en los últimos meses y que unían por tierra a Argentina con sus vecinos del Cono sur.

Varias provincias tienen pensado volver a aplicar restricciones a la circulación en la vía pública desde la medianoche. La Rioja, en el oeste argentino, fue la primera en hacerlo.

Por otro lado, desde el lunes las operaciones aéreas regulares internacionales deben ser reprogramadas para los mismos días en que fueron pautadas aunque en diferentes horarios para espaciar la frecuencias entre vuelos y evitar la aglomeración de pasajeros cuando se llevan a cabo los testeos en el aeropuerto internacional de Ezeiza, situado en las afueras de Buenos Aires.

Pocos días atrás comenzaron a aplicarse restricciones mediante la suspensión de los vuelos procedentes de Brasil, Chile y México. En el caso de los dos primeros países la decisión se basó principalmente en la circulación de la variante Manaos y en el de México porque se han detectado contagios crecientes entre jóvenes argentinos que pasaron allí sus vacaciones.

Por otro lado, y a las puertas del inicio de la Semana Santa, durante la cual aumenta la circulación de personas que se toman vacaciones, el gobierno prevé anunciar varias medidas para reforzar los protocolos de sanidad.

En Argentina se han registrado hasta ahora unos 2,3 millones de contagios y más de 55.000 muertos por COVID-19.