La poda del gasto público dispuesta por el presidente argentino Javier Milei arrojó un superávit fiscal en el primer trimestre de su gobierno.

Fue el propio mandatario derechista quien confirmó el dato el lunes durante un mensaje grabado a la población, acompañado por el ministro de Economía, Luis Caputo, y el presidente del Banco Central, Santiago Bausilli, entre otros funcionarios de su equipo económico.

“El sector público nacional registró durante el mes de marzo un superávit financiero de más de 275.000 millones de pesos (308 millones de dólares), logrando de esta manera, luego de casi 20 años, un superávit financiero de 0,2% (del) PIB durante el primer trimestre del año”, anunció Milei.

El presidente, un economista ultraliberal, calificó el dato como “un hito que debe enorgullecernos a todos como país, en particular dada la estrepitosa herencia de la que tuvimos que hacernos cargo”.

La última vez que el Estado argentino recaudó más de lo que gastó fue en 2008.

“Este concepto, el de superávit fiscal, que parece simplemente una definición técnica que no hace a la vida de los argentinos, no es ni más ni menos que el único punto de partida posible para terminar de una vez y para siempre con el infierno inflacionario”, remarcó el presidente.

La inflación en marzo fue de 11% y registró una variación interanual de 288%.

Milei recordó que, al asumir el 10 de diciembre del año pasado, heredó un déficit consolidado de más de 15 puntos del PIB. El gobernante implementó un estricto plan de ajuste, con cierre de ministerios, despido de empleados públicos y recorte de subsidios. Además, devaluó el peso argentino más de 50% y puso en marcha una serie de reformas para desregular la economía tras dos décadas de gobiernos populistas.

“Sabemos que queda mucho camino por andar si el Estado gasta menos de lo que entra. Si el Estado no gasta más de lo que recauda y no recurre a la emisión, no hay inflación”, enfatizó Milei.

Los críticos aseguran que la desaceleración de la inflación y el superávit financiero son el inevitable resultado de una caída del consumo y de la licuación de ingresos de jubilaciones y salarios por las medidas de ajuste. Las proyecciones de los expertos dan cuenta de un aumento de la pobreza y de la desocupación en la primera parte de este año.

“No esperen la salida de la mano del gasto público”, advirtió el presidente. “La era del supuesto Estado presente ha terminado. Ha sido un fracaso estrepitoso que ha sumergido al 60% de la población en la pobreza y nunca más vamos a volver a eso”.

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