Mientras la ola brutal de ómicron empieza a amainar y los casos nuevos de COVID-19 disminuyen en 49 de los 50 estados de la Unión, el país se acerca a un nuevo número redondo trágico: 900.000 muertes.

La cifra de muertes provocadas por la pandemia en Estados Unidos en casi dos años superaba las 897.000 el viernes al mediodía y el promedio diario era de 2.400, similar al del invierno pasado, cuando apenas comenzaba la campaña de vacunación.

Los casos nuevos se han reducido en casi medio millón por día en todo el país desde mediados de enero y la curva tiende a descender en todos los estados excepto Maine. El número de personas hospitalizadas con COVID-19 ha bajado 15% en ese período a unas 124.000.

Asimismo, un programa de advertencia temprana que busca el virus en las aguas cloacales halló que las infecciones de COVID-19 están bajando en la mayoría de las poblaciones participantes, de acuerdo con datos publicados por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).

Las muertes siguen aumentando en al menos 35 estados, reflejando el tiempo trascurrido entre el momento de contagio y de deceso del enfermo, pero ante estas tendencias, las autoridades de salud pública esperan que lo peor de ómicron esté acercándose a su fin, aunque advierten que podría volver a empeorar al aparecer nuevas posibles variantes peligrosas.

En total, los casos nuevos en todo el país han caído de un promedio diario de más de 800.000 a mediados de enero a 357.000.

Es posible que el condado de Los Ángeles anule los requisitos de uso de mascarilla en exteriores en unas pocas semanas más, anunció el jueves la directora de salud pública del estado, la doctora Bárbara Ferrer. Sin embargo, es poco probable que eso suceda antes del Super Bowl del 13 de febrero, que atraerá a unas 100.000 personas al SoFi Stadium en Inglewood.

Ferrer dijo que las infecciones y hospitalizaciones por COVID-19 en el condado más grande de California están disminuyendo, y las muertes también pueden comenzar a disminuir. “Pasada la oleada no implica que la pandemia haya terminado o que la transmisión sea baja, o que no habrá oleadas impredecibles en el futuro”, advirtió.