Por Matthew Ddaly y Patrick Whittle – The Associated Press

El Gobierno está a punto de aprobar un enorme parque eólico frente a la costa de Massachusetts que marcaría el inicio para aumentar en el desarrollo de energía eólica marina a lo largo de la costa este, según marca el modelo de la Administración Biden en su apuesta por el desarrollo de energías limpias.

El proyecto Vineyard Wind, al sur de Martha’s Vineyard, cerca de Cape Cod, generaría 800 megavatios de electricidad, suficiente para surtir de energía a 400,000 hogares en Nueva Inglaterra y reduciendo las tarifas de electricidad en 1.400 millones de dólares durante sus primeros 20 años de funcionamiento.

Si se aprueba, el proyecto de 2,000 millones sería el primer desarrollo de energía eólica pública en aguas federales. Un parque eólico más pequeño opera cerca de Block Island en aguas controladas por el estado de Rhode Island.

Vineyard Wind está significativamente más lejos de la costa que Cape Wind, un proyecto eólico marino anterior de Massachusetts que fracasó con la oposición de la familia Kennedy y el empresario William Koch, entre otros, que lo consideraron una monstruosidad en sus vistas del océano.

Los partidarios afirman que Vineyard Wind, ubicado a casi 15 millas (24 kilómetros) de la costa, está mejor ubicado que Cape Wind y utiliza tecnología superior con menos palas de turbina y más grandes. Las turbinas gigantes del proyecto se ubicarán al menos a una milla náutica de distancia, lo que permitirá que los barcos de pesca se muevan más fácilmente alrededor de las palas, según las autoridades.

El Departamento del Interior comunicó el lunes que completó un análisis ambiental de Vineyard Wind, y se espera que el próximo mes se decida si aprobará el proyecto.

El presidente, Joe Biden, ha prometido duplicar la producción eólica marina para 2030 como parte de los esfuerzos de su Administración para frenar el cambio climático. La probable aprobación de Vineyard Wind, una de las dos docenas de proyectos eólicos marinos a lo largo de la costa este en diversas etapas de desarrollo, marca un cambio brusco respecto a la Administración Trump, que obstaculizó el desarrollo de energía eólica tanto en tierra como en el océano.

Como presidente, Donald Trump, se burlaba con frecuencia de la energía eólica como una forma costosa de matar aves para generar electricidad, y su Gobierno se resistió o se opuso a los proyectos eólicos en todo el país, incluido el de Vineyard Wind.

El desarrollador del proyecto retiró temporalmente su solicitud a finales del año pasado tratando de evitar un posible rechazo por parte de la Administración Trump. Biden brindó una nueva oportunidad para el proyecto poco después de asumir el cargo en enero.

“Estados Unidos está preparado para convertirse en un líder mundial en energía limpia”, afirmó Laura Daniel Davis, funcionaria de alto rango del Departamento del Interior.

Vineyard Wind, que está programado para entrar en funcionamiento en 2023, es el primero de muchos proyectos eólicos marinos que ayudarán a la nación a “combatir el cambio climático, mejorar la resiliencia a través de energía limpia y estimular el desarrollo económico para crear empleos bien remunerados”, explicó Amanda Lefton, directora de la Oficina de Gestión de la Energía Oceánica, una agencia del Interior que supervisa el proyecto.

“La Administración de Biden está poniendo viento en las velas de esta nueva industria vital”, añadió el senador Ed Markey, demócrata por Massachusetts, un ferviente defensor desde hace mucho tiempo del proyecto de Vineyard Wind. “El desarrollo responsable de energía eólica frente a nuestras costas impulsará la economía, proporcionará electricidad asequible y nos llevará hacia un futuro seguro para el clima”, afirmó Markey.

A pesar del entusiasmo, el desarrollo de la energía eólica marina todavía está en sus primeras etapas en el país, muy por detrás de Europa. Además del proyecto de Block Island, un pequeño parque eólico opera frente a la costa de Virginia.

El director ejecutivo de Vineyard Wind, Lars Pedersen, explicó en un comunicado que la compañía espera “alcanzar el paso final en el proceso de permisos federales y poder lanzar una industria que tiene un potencial tremendo para el desarrollo económico en las comunidades de la costa este”.

La industria de las energías renovables cree que la Administración de Biden presenta una gran oportunidad de crecimiento, especialmente para acelerar los proyectos eólicos marinos que han ansiado durante mucho tiempo.

“La industria marina está a punto de despegar”, afirmó Amy Farrell, vicepresidenta senior de la Asociación Estadounidense de Energía Limpia, un grupo comercial de energía renovable. El grupo espera que se lleguen a proporcionar 30 gigavatios de energía eólica marina durante la próxima década.

Los desarrolladores eólicos están preparados para crear decenas de miles de empleos y generar más de 100,000 millones en nuevas inversiones para 2030, pero la Oficina de Gestión de Energía Oceánica “debe abrir primero la puerta a nuevos arrendamientos”, señaló Erik Milito, presidente de National Ocean Industries Association, otro grupo comercial.

Pero no todo el mundo está celebrando el auge de la energía eólica marina.

Andrew Minkiewicz, abogado del Fisheries Survival Fund, que aboga por la industria de la pesca de vieiras, comunicó que al grupo le preocupa el cambio abrupto de la Administración Trump a Biden.

El proyecto parecía muerto, o al menos en pausa indefinida el año pasado, “y el nuevo Gobierno entra y dice que no, vamos a seguir adelante”, lamentó Minkiewicz. “Si este no fuera un proyecto de energía limpia, creo que habría un alboroto absoluto”, agregó.

Los grupos de pescadores desde Maine hasta Florida han expresado su temor de que los grandes proyectos eólicos marinos puedan hacer que grandes franjas del océano queden fuera de los límites de su trabajo. Si bien Vineyard Wind no se encuentra en un área crítica para la pesca de vieiras, otros sitios potenciales a lo largo de la costa atlántica podrían representar una gran amenaza para las vieiras, según Minkiewicz.