El presidente Joe Biden defendió las acciones de su gobierno en Afganistán y culpó a la administración oficial de ese país por “darse por vencida” y permitir que la organización Talibán ocupara el poder, además de enviar una advertencia por posibles acciones contra Estados Unidos.

“Me mantengo firme”, dijo el presidente sobre la decisión del retiro del Ejército estadounidense. “Nuestro único interés nacional vital en Afganistán sigue siendo hoy lo que siempre ha sido: la prevención de un ataque terrorista en tierra estadounidense”.

El presidente señaló que continuará con sus esfuerzos para defender los derechos de las mujeres y los niños en afganos, como EE.UU. “lo hace en todo el mundo”.

Confirmó el despliegue de 6,000 militares para terminar con el retiro seguro de las Fuerzas Armadas, personal civil y de aliados afganos. Confió en que los talibanes no tomen esto como un “asunto personal”, pero si no, les advirtió que EE.UU. responderá “con fuerza”.

“Déjenme ser claro”, expresó. “Si ellos atacan nuestro personal o afectan nuestras operaciones, la presencia estadounidense dará la vuelta y responderá con rapidez y fuerza. Defendemos a nuestra gente con fuerza devastadora si es necesario”.

Varias organizaciones civiles, como RAICES, han criticado a la Administración Biden por “dejar atrás” a miles de aliados y presionaron para que fueran sacados de aquel país. El presidente afirmó que se cumplirá esa misión “en breve”.

“Nuestra misión militar actual será breve… de alcance limitado y enfocada en sus objetivos: conseguir que nuestra gente y nuestros aliados estén seguros”, adelantó.

Al inicio de su discurso, en medio de críticas de republicanos por el caos en Afganistán, el presidente recordó que hace 20 años el Gobierno estadounidense tenía objetivos claros: buscar a los culpables del ataque a las Torres Gemelas, además de evitar que Al Qaeda utilizara el país como base contra EE.UU.

“Lo logramos”, afirmó. “Nunca abandonamos la búsqueda de Osama bin Laden y lo atrapamos. Eso fue hace una década. Se suponía que nuestra misión en Afganistán nunca había sido la construcción de una nación”.

Una guerra ajena
Criticó que Ashraf Ghani, quien era oficialmente presidente, se diera por vencido ante los talibanes.

“Entonces, ¿qué sucedió? Los líderes políticos afganos se rindieron y huyeron del país”, criticó. “El ejército afgano colapsó… sin intentar luchar. En todo caso, los acontecimientos de la semana pasada reforzaron que poner fin a la participación militar estadounidense en Afganistán ahora era la decisión correcta”.

Dijo que las tropas estadounidenses “no pueden ni deben luchar en una guerra”, mucho menos “morir en una guerra que las fuerzas afganas no están dispuestas a luchar por sí mismas”.

Recordó que en junio y julio insistió al presidente Ghani que debía prepararse para posibles guerras civiles tras el retiro de EE.UU.

“Tuvimos conversaciones muy francas”, afirmó. “Hablamos sobre cómo Afganistán debería prepararse para librar sus guerras civiles después de la partida del Ejército estadounidense, para limpiar la corrupción en el gobierno, para que el gobierno pudiera funcionar para el pueblo afgano”.

Expresó que en dos décadas de presencia militar en Afganistán, EE.UU. dio “muchos pasos en falso”.

“Cometimos muchos pasos en falso en las últimas dos décadas”, dijo. “Soy el cuarto presidente estadounidense que lidera la guerra en Afganistán. Dos demócratas y dos republicanos. No aprobaré que esta responsabilidad recaiga en un quinto presidente. No engañaré al pueblo estadounidense al afirmar que un poco más de tiempo en Afganistán marcará la diferencia”.

En alerta
El presidente no habló de la estrategia para vigilar el posible avance de grupos terroristas, pero el sábado aseguró que ordenó al Pentágono y a la Comunidad de Inteligencia reforzar la vigilancia para detectar y actuar ante una posible amenaza hacia EE.UU.

El general Mark Milley, presidente del Estado Mayor Conjunto, dijo a senadores estadounidenses que hay riesgo de incremento de grupos terroristas tras el control de los talibanes en Afganistán, por lo que se trabaja en un nuevo mapeo de ese tipo de organizaciones, reportó Politico.

El secretario de Estado, Antony Blinken, dijo que EE.UU. no tiene el mismo escenario que en 2001 con los ataques a las Torres Gemelas, además de confirmar la ampliación de monitoreo a grupos terroristas.

“Nuestra capacidad para hacer eso es muy diferente y mucho mejor de lo que era después, antes del 11 de septiembre, por ejemplo”, insistió. “Al mismo tiempo, los talibanes tienen cierto interés personal en esto. Saben lo que pasó la última vez que albergaron a un grupo terrorista que atacó a Estados Unidos. No les conviene permitir que se repita”.

Agencias