El presidente Joe Biden dijo el viernes que firmará una declaración de desastre mayor para Texas que despejará el camino para más recursos federales y planea visitar el estado la próxima semana, en un momento en el que su visita no interfiera con la respuesta al desastre.

La declaración de desastre de Biden desbloqueará más recursos de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA) para asistir al estado de Texas, que sufre un desastre que afecta a millones de personas desde hace varios días, tras el paso de una gran tormenta invernal que es posiblemente la peor en la historia de ese estado.

El presidente dijo que firmará la nueva declaración el viernes, luego de que firmara una declaración de emergencia para el estado hace cinco días.

Biden también dijo que planea visitar Texas, pero quiere esperar hasta que su presencia no sea una carga ni obstaculice la respuesta de socorro en casos de desastre. Posiblemente Biden decida a comienzos de la próxima semana el mejor momento para visitar Texas.

Condiciones difíciles de vida
Texas se encuentra en estado de emergencia después de que una gran tormenta de invierno cortó el suministro eléctrico y creó problemas de agua para millones de texanos.

Las bajas temperaturas continúan y el recuento de muertes relacionadas con la tormenta sigue aumentando.

Los hospitales han tratado a cientos de personas por exposición al frío y por envenenamiento por monóxido de carbono mientras los tejanos usan generadores y automóviles en un intento desesperado por mantenerse calientes.

Unos 12 millones de personas están bajo avisos para hervir el agua, según el estado.

El agua y la comida son bienes que escasean esta semana en Texas, que ha sufrido una histórica tormenta que ha cubierto de nieve y hielo su superficie y ha convertido al estado en un “infierno”, dijeron este viernes a Efe varios residentes de Austin, Houston y San Antonio.

La realidad es que casi la mitad de los 29 millones de habitantes del estado han sufrido numerosas interrupciones del servicio de agua en los últimos días, porque más de 900 redes públicas en 164 condados se han visto afectadas, de acuerdo a datos de la Comisión de Calidad Ambiental de Texas.

Además, centenares de supermercados de grandes cadenas -como Walmart y Whole Foods- tuvieron que cerrar sus puertas por la escasez de alimentos y los que quedan abiertos tienen sus estantes vacíos o con poca mercancía.

La Opinión