Sao Paulo, 8 ago (EFE).- El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, advirtió este sábado que “uno o dos” jueces de la Corte Suprema “no decidirán el destino” del país, en medio de la crisis institucional abierta por su campaña de descrédito contra el actual sistema electoral electrónico y a favor del voto en papel.

“No nos continúen provocando, no quieran imponer su voluntad porque quien está con Dios y con el pueblo tiene realmente el poder”, exclamó el líder ultraderechista en un discurso ante decenas de sus simpatizantes en Florianópolis, estado de Santa Catarina (sur).

“Uno o dos jueces del Supremo Tribunal Federal no van a decidir el destino de una nación. Quien fue votado, quien tiene legitimidad, además del presidente, es el Congreso Nacional”, dijo en otro momento de su pronunciamiento.

El mandatario se dirigió implícitamente a los magistrados Luis Roberto Barroso, quien también es presidente del Tribunal Superior Electoral (TSE), y Alexandre de Moraes, igualmente miembro del TSE.

La corte electoral abrió el lunes pasado una investigación en contra del jefe de Estado por sus constantes e infundados ataques a las urnas electrónicas que funcionan desde 1996, pero que en opinión del capitán retirado del Ejército generan “fraudes”.

En paralelo, De Moraes incluyó como investigado a Bolsonaro en un proceso penal en curso en el Supremo desde 2019 por la diseminación en redes sociales de noticias falsas contra las instituciones democráticas.

Pese al cerco jurídico en contra, Bolsonaro siguió este sábado con sus duras críticas a las autoridades electorales, de las que sospecha que quieren favorecer al expresidente Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2010) de cara los comicios de 2022.

“Quien no quiere recuento de votos puede ser todo, pero no demócrata. Y quien no es demócrata no tiene espacio en nuestro Brasil. Yo tengo límites, pero otros pocos se creen los dueños del mundo. Esos van a salir malparados”, advirtió el gobernante.

Según las últimas encuestas, Lula se sitúa como claro favorito para las elecciones del próximo año por delante de Bolsonaro, cuya popularidad se ha hundido en los últimos meses al calor de la crisis económica y sanitaria provocada por la pandemia de coronavirus.

Bolsonaro encabezó este sábado en Florianópolis un nuevo paseo con decenas de motociclistas afines a su causa, un evento que ya ha realizado en otras grandes ciudades del país, como Brasilia, Río de Janeiro y Sao Paulo, y que tienen un marcado acento electoral.

En todos esos actos en los que se acostumbran a aglomerar cientos de personas, muchas de ellas sin mascarilla, el presidente brasileño desafió las medidas sanitarias aún vigentes por la covid-19, que ya ha matado a más de 561.000 personas en el país.

(c) Agencia EFE