El subsecretario de Seguridad del gobierno mexicano, que era la cara visible de la política estratégica de “abrazos, no balas” del presidente Andrés Manuel López Obrador, renuncia a su cargo para continuar su carrera política bajo otras siglas.

Ricardo Mejía, una de las figuras relevantes del gabinete de López Obrador, renunció el viernes a su cargo y anunció que se postulará como candidato del Partido del Trabajo para competir por la gobernación del estado fronterizo de Coahuila en las elecciones de junio.

“He decidido separarme de mi encargo para dedicar todo mi trabajo a la causa de la transformación de Coahuila”, escribió Mejía.

Mejía, quien por más de tres años fue el número dos de la seguridad en México, quería ser el candidato a la gobernación de Coahuila por el oficialista Movimiento Regeneración Nacional (Morena), pero la organización utilizó una encuesta para elegir a otra persona.

Mejía no ocultó su decepción por la decisión de la dirigencia de Morena, movimiento del que era simpatizante. El Partido del Trabajo, en el que seguirá su carrera política, ha sido durante mucho tiempo aliado de partido oficialista, pero Mejía aparentemente quiere ahora distanciarse del popular gobernante para ganar una gobernación.

A medida que se acercan las elecciones presidenciales de 2024, se alimenta el escenario de posibles deserciones de alto nivel en Morena.

López Obrador se refiere a su movimiento como “la cuarta transformación”, pero Mejía dijo en su carta de renuncia que ésta podría continuar.

“La cuarta transformación es una visión y compromiso de estado que no se circunscribe a ninguna etiqueta partidista”, escribió Mejía.

López Obrador se muestra desinteresado en la política interna de los partidos o en resolver las disputas internas de Morena, una tienda política que armó a partir de elementos políticos dispares para apoyar su fallida candidatura presidencial en 2012.

Desde 2018, cuando López Obrador llegó a la presidencia, Morena ha tenido un vertiginoso crecimiento que ha consolidado con el control del Congreso y 21 de las 32 gobernaciones del país.

Pero el partido tiene poco que lo unifique, aparte de su popular presidente, y se ha especulado que cuando López Obrador termine su sexenio en 2024 la organización se desintegre.

Al menos otros dos políticos de alto nivel compiten por la candidatura presidencial de Morena para 2024 junto a la favorita, la alcaldesa de Ciudad de México, Claudia Sheinbaum.

Hay dudas sobre si el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, y el líder de Morena en el Senado, Ricardo Monreal, se quedarán en el partido si no son nombrados candidatos.

AP