LONDRES (AP) — El primer ministro británico Boris Johnson fue blanco de acusaciones el jueves de incumplir las normas de cuarentena con una visita a Escocia para elogiar el rápido desarrollo de la campaña de vacunación en el Reino Unido.

En medio de encuestas que revelan un apoyo creciente a la independencia de Escocia, la visita de Johnson para promover los beneficios de la unión podría verse eclipsada por la disputa en torno a la cuarentena. Aunque Escocia tiene su propio gobierno en Edimburgo, con amplios poderes desde la salud pública hasta la educación, aún pertenece al Reino Unido sobre el cual Londres ejerce una gran influencia.

“La cooperación mutua en todo el Reino Unido durante esta pandemia es exactamente lo que espera el pueblo de Escocia y en lo cual me he concentrado”, dijo Johnson.

Gran Bretaña registra el brote de coronavirus más grave de Europa, con más de 102.000 muertes vinculadas con el virus, pero es un líder mundial en la campaña de vacunación.

Johnson, quien visitó un laboratorio del Hospital Universitario Reina Isabel en Glasgow durante su viaje, sostiene que Escocia se ha beneficiado con la política de su gobierno conservador de acelerar la campaña de vacunación.

Sus detractores dicen que hace política en momentos que el país está en una estricta cuarentena debido a un gran resurgimiento del contagio, que él atribuye a la aparición de una variante en el sur de Inglaterra.

La primera ministra escocesa Nicola Sturgeon calificó la visita de Johnson de “no esencial”, de la misma manera que no consideraría esencial una visita suya a otra parte de Escocia bajo las normas vigentes de cuarentena.

Sturgeon, cuyo Partido Nacional Escocés promueve un nuevo referéndum sobre la independencia de Escocia, lleva amplia ventaja en las encuestas de cara una elección general en mayo, algunas de las cuales le dan un 50% de apoyo.