El tramo del Metro de Ciudad de México que se desplomó la noche de este lunes, diseñado para unir las zonas más periféricas del sur de la capital con la parte más céntrica, llevaba años envuelto en controversias y con reportes de problemas.

Desde 2017, después del mortal terremoto del 19 de septiembre, los habitantes de la zona donde la línea pasaba en un tramo elevado habían reportado que las columnas que sostenían las vías tenían daños graves.

En particular, dijeron que estaba dañada la columna que unía las estaciones Olivos y Nopalera, que fueron precisamente dos de las seis que se cerraron para supuestos arreglos durante unas semanas. El tramo que las une es que el sufrió el accidente este lunes.

La línea 12, conocida como “línea dorada”, es la más nueva de la capital, y cuenta con tramos elevados por columnas y otros subterráneos. Fue construida cuando el actual canciller, Marcelo Ebrard, era jefe de Gobierno de Ciudad de México. Pero sus problemas se han presentado también durante las posteriores gubernaturas de Miguel Ángel Mancera y de Claudia Sheinbaum.

El primer escándalo en torno a la línea 12 empezó desde poco después de su construcción.

En los primeros usos se reportó que los trenes de pasajeros no empataban correctamente con las vías, que no estaban alineadas, y en prácticamente cada trayecto se iban desgastando de más.

Esa “deficiente compatibilidad”, como la definió un informe posterior encargado a una comisión especial de la Cámara de Diputados, llevó a que varias estaciones suspendieran el servicio apenas meses después de estrenada la línea.

Varios funcionarios fueran detenidos, acusados de fraude, al concluirse en estudios hechos en México y por organizaciones internacionales especializadas que hubo fallas en el diseño, planeación y construcción.

Se encontró que se había comprado infraestructura de las vías a una empresa mientras que los trenes estaban siendo alquilados a otra, sin que las autoridades se aseguraran de que había compatibilidad.

El proyecto además costó el doble de lo originalmente presupuestado, sin contar las inversiones que han sido necesarias después para cambiar las vías incompatibles o hacer más reparaciones y parches.

El problema estructural identificado desde que abrió el metro ha sido especialmente delicado en las partes elevadas de la línea 12, que fueron diseñadas con una serie de curvas excesivamente cerradas.

Ahí los trenes tenían que maniobrar más al frenar, por lo que vibraban demasiado al pasar y eso genera un mayor desgaste tanto de las vías elevadas como de la estructura que las sostenía, según el informe de la Cámara de Diputados redactado en 2015.

Las fallas de inicio llevaron a que 11 de las 20 estaciones tuvieran que volver a cerrar para reparaciones dos años después de la inauguración de la línea, en 2014.

Quien era director del Metro en ese entonces, Joel Ortega, dijo entonces que la “línea nació con problemas endémicos que no se van a solucionar nunca en su vida”. Ortega se preguntó: “¿Cuánto nos va a costar?”.

Este lunes perdieron la vida 24 personas y casi 80 resultaron heridas de consideración.

Telemundo