SEATTLE — Tres infecciones por COVID-19 diagnosticadas en Washington en octubre fueron causadas por un virus con una mutación que podría aumentar la capacidad del virus respiratorio para esquivar las defensas inmunitarias.

La mutación, denominada E484K, también está presente en dos de las preocupantes nuevas variantes víricas que se están extendiendo por el mundo: las originadas en Sudáfrica y Brasil. Pero el virus detectado en Washington no tenía ninguna de las otras mutaciones que caracterizan a esas variantes, reportaron los investigadores del UW Medicine Virology Lab.

No se han detectado otras infecciones con la mutación desde octubre, aunque la vigilancia es limitada en el estado.

“Con base en lo que tenemos ahora, no ha despegado”, comentó la bióloga computacional Pavitra Roychoudhury, parte de un equipo que secuenció los tres genomas. “Sin duda, queremos monitorearla”.

La mutación se ha visto de forma esporádica en Estados Unidos desde la primavera, señaló Trevor Bedford, un biólogo computacional del Fred Hutchinson Cancer Research Center que ha estado rastreando los cambios genéticos en el virus desde el inicio de la pandemia.

Esos avistamientos aislados no han provocado brotes importantes. “Parece que el mero hecho de tener la mutación (E484K) no es suficiente para marcar una gran diferencia en el virus”, escribió en un correo electrónico. Sin embargo, en combinación con las otras 10 o más mutaciones de las variantes de Sudáfrica y Brasil, se está extendiendo rápidamente”.

La mutación se encuentra en un lugar específico de lo que se denomina “dominio de unión al receptor”, la parte de la proteína viral que se adhiere a las células humanas.

Un equipo de investigación de The Hutch identificó recientemente ese sitio como el más preocupante, porque los cambios en él parecen dificultar la neutralización del virus por parte de los anticuerpos de algunas personas.

Sin embargo, los experimentos de laboratorio demostraron que, si bien las mutaciones pueden reducir la inmunidad, no la anulan, comentó el virólogo de Fred Hutch Jesse Bloom, quien colaboró con la estudiante de posgrado Allison Greaney y otros en el trabajo.

Los cambios genéticos del virus activan alarmas porque recientemente han aparecido nuevas variantes en todo el mundo, algunas de las cuales se propagan con mayor facilidad. Ninguna de las nuevas variantes se ha detectado aún en Washington, aunque la variante que ahora domina en el Reino Unido ha aparecido en otros estados.

Una de las mayores preocupaciones es que el virus se transforme hasta el punto de poder eludir la respuesta inmunitaria del organismo, ya sea natural o inducida por la vacuna. Al menos una persona en Brasil que se había recuperado de COVID-19 se reinfectó por la variante con la mutación E484K.

Probablemente sea inevitable que el virus supere algún día a las vacunas, dijo Bloom, pero eso tardará varios años, lo que dará a las empresas farmacéuticas tiempo para ajustar sus fórmulas, como hacen cada año con la vacuna de la influenza.

“No es algo que deba preocupar al ciudadano promedio cada vez que escuche hablar de otra de estas mutaciones”, comentó. “No va a causar un fallo catastrófico de la inmunidad”.

Pero las formas más contagiosas del virus, como la variante del Reino Unido, probablemente tengan un gran impacto en términos de aumento del número de infecciones y muertes.

Para entender cómo la evolución viral puede afectar a la inmunidad, Bloom y su equipo examinaron las cuatro mil mutaciones posibles en el dominio de unión del receptor. En experimentos de laboratorio, probaron cada mutación para ver cómo afectaba a la capacidad del virus para unirse a las células humanas. También expusieron las proteínas de espiga mutadas al suero sanguíneo de 11 personas que habían sido infectadas por el virus y se habían recuperado.

En la mayoría de los casos, la mezcla de anticuerpos en la sangre de los pacientes fue capaz de atacar y neutralizar los mutantes. La principal excepción fue el E484K y las mutaciones relacionadas, que redujeron la potencia de los anticuerpos de algunos pacientes en un factor de 10. Sin embargo, los sueros de otros pacientes no tuvieron problemas para combatir la forma mutante, reveló Bloom.

Los resultados se publicaron recientemente, pero aún no han sido revisados por pares ni publicados en una revista científica. Bloom y su equipo están trabajando ahora para evaluar el impacto de las mutaciones en la inmunidad inducida por la vacuna.

Los tres casos de Washington con la mutación E484K se descubrieron durante la secuenciación rutinaria del genoma como parte de un sistema de vigilancia de nuevas variantes, explicó Roychoudhury. Las secuencias se enviaron a un repositorio llamado GISAID, donde un investigador marcó las mutaciones.

El equipo del UW Virology Lab trabaja con muestras sobrantes seleccionadas al azar de pruebas positivas de coronavirus. Se elimina toda la información de identificación, por lo que no se sabe nada sobre los casos, ni dónde se produjeron ni cómo pueden estar relacionados ni cómo les fue a los pacientes, dijo Roychoudhury.

La ausencia de casos relacionados sugiere que las infecciones pueden haber estado en un callejón sin salida, dijo Alex Greninger, director adjunto del laboratorio de virología.

“Estos virus no son omnipotentes”, señaló. “Si alguien tiene una variante del virus, pero no interactúa con otras personas, no se va a transmitir”.

Agencias