Kabul, 3 nov (EFE).- Afganistán vive este martes un día de luto nacional tras la masacre el lunes en la Universidad de Kabul, un ataque en el que según el último recuento murieron 25 personas, incluidos los tres asaltantes, y otras 27 resultaron heridas.

Las banderas ondeaban hoy a media asta en las instituciones públicas afganas para honrar a las víctimas del ataque, reivindicado por el grupo yihadista Estado Islámico (EI), que golpeó de lleno a la principal institución educativa de Afganistán.

Los atacantes entraron en un edificio de la Facultad de Derecho, donde abrieron fuego contra estudiantes, profesores y otros empleados, dejando en pasillos y aulas un reguero de víctimas, con algunas colgando incluso de las ventanas en su intento de huida.

Operarios de la administración de Kabul se esforzaron durante toda la noche en retirar los escombros, muebles y vidrios rotos del edificio de dos plantas tras el tiroteo, además de limpiar la sangre y libros quemados, aunque la reparación de los daños más graves tardará un tiempo hasta alcanzar una cierta normalidad.

En el ataque la mayoría de los muertos y heridos fueron estudiantes, aunque entre las víctimas hubo también profesores y empleados de la universidad, en una acción terrorista en la que miles de personas que se encontraban en ese momento en el campus, unas 15.000, lograron escapar ilesas.

“El número de heridos, que fueron evacuados a varios hospitales desde el ataque de ayer a la Universidad de Kabul, ha aumentado a 27, y el número de muertos a 22”, a lo que se suman los tres atacantes, afirmó a Efe el portavoz del Ministerio de Salud Pública, Noorullah Tarakai.

Según el portavoz, “por ahora todos los heridos están fuera de peligro y están recibiendo tratamiento en los hospitales”.

Mientras tanto, los funerales se sucedieron hoy en varias partes de Kabul, después de que anoche las familias fueran recibiendo los cadáveres de sus allegados de manos de las autoridades afganas.

PROTESTAS

Como reacción al ataque contra uno de los principales símbolos del progreso y futuro de Afganistán, cientos de kabulíes se manifestaron hoy cerca del campus para condenar el “ataque terrorista” y reclamar una mayor protección.

Los manifestantes lanzaron eslóganes como “muerte a los terroristas y al extremismo” o “¡Queremos una respuesta! ¿Por qué somos asesinados?”, mientras algunas pancartas pedían el boicot a las conversaciones de paz en Doha iniciadas el pasado septiembre entre representantes de los talibanes y el Gobierno afgano.

“Si los talibanes no aceptan un alto el fuego y no están listos para la paz, entonces no es necesario que continúen las conversaciones, el Gobierno debe detener las negociaciones y concentrarse en fortalecer las medidas de seguridad”, afirmó a Efe Hazratullah, uno de los manifestantes.

Esas acusaciones contra los talibanes se suman a otras hoy por parte de las autoridades afganas, a pesar de que el ataque fue reivindicado por el grupo yihadista Estado Islámico y los propios talibanes se desvincularon de inmediato del asalto.

“Lo acepten o no los talibanes, son responsables de los asesinatos y las bajas civiles, y las tropas y fuerzas de seguridad darán una respuesta contundente a los enemigos de Afganistán”, aseguró hoy en un comunicado el asesor de seguridad nacional del país, Hamdullah Muhib, tras visitar el lugar del ataque.