La economía estadounidense sumó 943,000 empleos en julio, según informó este viernes la Oficina de Estadísticas Laborales, una cifra superior a lo esperado por los analistas (850,000). La tasa de desempleo bajó así del 5.9% a 5.4%.

Aunque es probable que esta información proyecte confianza en Wall Street, los economistas dicen que los datos del viernes subrayan la volatilidad del mercado laboral y dificulta que los empleadores pronostiquen o inviertan, y eso podría restringir el gasto de los consumidores. Los datos mensuales se recopilaron antes de que la variante delta del coronavirus comenzara a aumentar en Estados Unidos.

Los datos oficiales del Gobierno se divulgaron luego de que el recuento mensual del crecimiento del empleo en el sector privado, realizado por el procesador de nóminas ADP, no alcanzara las expectativas esperadas cuando se publicó el miércoles.

El número de puestos de trabajo añadidos se redujo de 680,000 en junio a solo 330,000 en julio, muy por debajo de los 653,000 previstos.

La economista en jefe de ADP, Nela Richardson, lo describió como una “desaceleración marcada” en un comunicado de prensa y culpó a las variantes de COVID-19 más virulentas y la lentitud burocrática de la oferta de mano de obra, lo que dificulta que los empleadores contraten trabajadores.

“Podríamos decir que la gente todavía no está regresando a la fuerza laboral en las cantidades que esperamos, particularmente desde que los casos de la variante delta están aumentando”, dijo James McCann, economista jefe adjunto de Aberdeen Standard Investments. La participación moderada de la fuerza laboral obstaculiza el crecimiento robusto del empleo, dijo Dan North, economista senior de Euler Hermes North America, señalando el surgimiento de una ola de jubilaciones como otro factor. “Tuvimos un cierre temporal que resultó ser un cierre permanente para muchas empresas”, dijo.

Aunque los baby boomers (personas con edades comprendidas entre los 55 y 73 años) que envejecen fuera de la fuerza laboral constituyen una tendencia desde hace varios años, el COVID-19 la aceleró. Un estudio del Centro Schwartz de Análisis de Políticas Económicas de The New School reveló que la pandemia hizo que 1.7 millones de estadounidenses se jubilaran anticipadamente, y muchos de ellos pertenecen a sectores “vulnerables” de la población: los trabajadores negros y las personas que no tienen un título universitario tienen más probabilidades de abandonar la fuerza laboral.

Todavía existe un debate sobre el papel que los programas diseñados durante la pandemia para complementar los beneficios del seguro de desempleo han tenido en esta situación. Los economistas están analizando los datos de empleo para ver si hay indicios tempranos de que los beneficios ampliados, que aproximadamente la mitad de los estados están eliminando anticipadamente, han frenado la creación de empleos, como afirman algunos gobernadores republicanos.

Los datos de Homebase, una plataforma de software de programación para pequeñas empresas, indican que eso no ha sucedido entre sus clientes, o al menos todavía no lo registran como una tendencia.

En julio, Homebase detectó que los estados que finalizaron los beneficios gubernamentales disminuyeron su tasa de empleos en aproximadamente 1%, mientras que los estados que retuvieron esos beneficios adicionales experimentaron un crecimiento del 2.3%.

El informe también muestra una división entre los estados: las empresas ubicadas en las regiones lideradas por el Partido Republicano mantuvieron un nivel más alto de empleo durante la pandemia, pero durante el último mes, los estados demócratas alcanzaron esos niveles.

Dada la estrecha correlación entre qué partido tiene el control de la gobernación y la decisión de finalizar los beneficios por desempleo, la estabilidad de la actividad laboral en los estados republicanos podría ayudar a explicar por qué actualmente no están experimentando el mismo repunte que los estados donde gobiernan los demócratas.

Pero los economistas dicen que es demasiado pronto para saberlo con certeza. “Pienso que, en este momento, eso tendrá un efecto marginal durante este mes”, dijo North, y agregó que las nóminas de agosto probablemente proporcionen más indicios.

A medida que las empresas con un gran número de empleados por hora tienen que competir por un grupo más pequeño de posibles trabajadores, los salarios han aumentado, especialmente en la parte inferior del espectro de ingresos. Las empresas de Wall Street están preocupadas por las implicaciones de este crecimiento salarial en las políticas que podrían enfriar la economía.

Las industrias de los viajes, las comidas y el entretenimiento estuvieron al borde del colapso en los primeros días de la pandemia, lo que desencadenó un aumento sin precedentes de los despidos en esos sectores y esa situación distorsiona los modelos típicos de comparación anual de los economistas.

No obstante, North dijo que “seguro existe evidencia anecdótica” de empleadores como los restaurantes de comida rápida y los minoristas que aumentan los salarios por hora u ofrecen bonificaciones por inicio de sesión.

El mes pasado, Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, reafirmó el compromiso de esa institución para mantener las tasas de interés cercanas a cero hasta que mejoren las condiciones económicas pero esta postura podría cambiar si persiste un mayor crecimiento salarial, lo cual es un indicio de que la inflación podría convertirse en una bola de nieve.