Casi dos tercios de los efectos adversos reportados como consecuencia de la vacunación contra el covid-19, como los dolores de cabeza y la fatiga, podrían ser causa del efecto “nocebo”, una versión inversa del efecto placebo, según sugiere un nuevo estudio.

Mientras que con el efecto placebo, la salud de una persona mejora después de tomar un tratamiento sin beneficios terapéuticos farmacológicos, como una pastilla de azúcar o una inyección de solución salina, el efecto nocebo ocurre cuando las personas experimentan efectos secundarios desagradables después de un tratamiento similar, comentaron los científicos del BIDMC (Beth Israel Deaconess Medical Center) de EE.UU.

Los investigadores evaluaron datos de 12 ensayos clínicos de vacunas contra el covid-19 y compararon las tasas de eventos adversos reportados por los participantes que recibieron las vacunas con la tasa de efectos secundarios experimentados por quienes recibieron una inyección de placebo que no contenía ninguna vacuna.

Si bien un número significativo de quienes recibieron la vacuna reportaron efectos secundarios, el estudio, publicado el martes en la revista JAMA Network Open, informó que casi un tercio de los participantes del ensayo clínico que recibieron la inyección de placebo también reportaron al menos un evento adverso.

En los 12 ensayos clínicos, dicen los investigadores, se reportaron efectos adversos por parte de 22.578 pacientes que recibieron el placebo, y de 22.802 que recibieron las vacunas.

Más del 35 por ciento de los pacientes que recibieron el placebo reportaron haber tenido síntomas que afectaban a todo el cuerpo, como fiebre. El dolor de cabeza y la fatiga fueron los más comunes con un 19,6 por ciento y un 16,7 por ciento, respectivamente.

Los científicos destacaron que el 16 por ciento de los pacientes que recibieron placebo reportaron al menos un evento localizado, como dolor, enrojecimiento o hinchazón en el lugar de la inyección.

En comparación, dijeron, el 46 por ciento de los que recibieron la vacuna sintieron al menos un evento adverso sistémico y dos tercios de ellos informaron al menos un evento localizado después de la primera inyección.

Si bien este grupo recibió el tratamiento activo de la vacuna real, los investigadores dijeron que al menos algunos de los efectos secundarios reportados son atribuibles al efecto nocebo, dado que muchos de estos mismos efectos también ocurrieron en el grupo del placebo.

El estudio sugirió que el efecto nocebo podría ser la causa de más de tres cuartas partes de todos los eventos adversos en el grupo de la vacuna y casi una cuarta parte de todos los efectos localizados reportados.

“Los síntomas inespecíficos como el dolor de cabeza y la fatiga, que además hemos demostrado que son particularmente sensibles al efecto nocebo, se enumeran entre las reacciones adversas más comunes después de la vacunación contra el covid-19 en muchos folletos informativos”, aseveró en un comunicado el autor principal del estudio, Ted J Kaptchuk, profesor en la Facultad de Medicina de Harvard.

“La evidencia sugiere que este tipo de información puede hacer que las personas atribuyan erróneamente las sensaciones comunes diarias a la vacuna o provocar ansiedad y preocupación que hagan que las personas estén hiperalertas a las sensaciones corporales con referencia a los eventos adversos”, agregó el Dr. Kaptchuk.

Después de la segunda dosis, el análisis encontró que los eventos adversos entre el grupo del placebo se redujeron al 32 por ciento que reportó eventos sistémicos y al 12 por ciento que reportó efectos localizados.

En contraste, los investigadores dijeron que los participantes que recibieron la vacuna reportaron más efectos secundarios: un 61 por ciento reportó eventos adversos sistémicos y un 73 por ciento reportó eventos adversos localizados.

El estudio estimó que el nocebo podría representar casi la mitad de los efectos secundarios reportados después de la segunda dosis.

Si bien la razón de esta disminución relativa del efecto nocebo entre la primera y segunda dosis no se pudo confirmar en el estudio, los investigadores sospechan que la mayor tasa de eventos adversos en el grupo de la vacuna la primera vez puede haber llevado a los participantes a esperar más la segunda vez.

Sin embargo, los científicos también recomendaron precaución al interpretar los resultados. Dijeron que el número relativamente pequeño de ensayos clínicos incluidos en el análisis y el alto nivel de heterogeneidad entre los ensayos clínicos son algunas de las limitaciones del estudio.

Por ejemplo, algunos de los ensayos incluidos en el estudio adoptaron diferentes métodos para evaluar los eventos adversos en pacientes y proporcionaron listas de control de síntomas distintas, y también involucraron diferentes tipos de vacunas contra el covid-19, como las basadas en el ARNm, en la proteína y en vectores virales.

Si bien los investigadores creen que los hallazgos de las altas respuestas al efecto nocebo son relevantes para la atención médica diaria, han solicitado metanálisis más amplios para investigar a mayor detalle el papel de estas causas de eventos adversos señaladas en el estudio.

“Nuestros hallazgos nos llevan a sugerir que informar al público sobre la posibilidad del efecto nocebo podría ayudar a reducir las preocupaciones sobre la vacunación contra el covid-19, lo que podría disminuir las dudas con respecto a la vacunación”, concluyó el Dr. Kaptchuk.

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