El Senado comienza este martes las audiencias de confirmación de los nominados del presidente electo, Joe Biden, para áreas claves de seguridad nacional de su Gobierno, en una apretada agenda, en vísperas de la toma de posesión y con Washington D.C. militarizado ante las amenazas de episodios de violencia extrema.

Aunque es poco probable que las personas elegidas para encabezar el Departamento de Estado, el Pentágono, Seguridad Nacional y la comunidad de inteligencia sean confirmadas para cuando Biden tome posesión del cargo el mediodía del miércoles, algunos podrían ocupar sus oficinas en unos días.

Si los candidatos de Biden no son confirmados, se convertirá en el primer presidente en décadas en no contar con un equipo de seguridad nacional en el día uno de su mandato.

El destino del juicio político contra el presidente, Donald Trump, aún está en suspenso, ya que la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, no ha indicado cuándo la Cámara enviará el cargo de impeachment al Senado. Parte del retraso se debe a la preocupación de que un juicio obstaculice el inicio de la Administración de Biden, trayendo lentitud en la confirmación de sus candidatos al Gabinete.

Las audiencias de cinco de los nominados están programadas para este martes: Lloyd J. Austin III como secretario de Defensa; Antony J. Blinken como secretario de Estado; Janet Yellen como secretaria del Tesoro; Alejandro N. Mayorkas como secretario de Seguridad Nacional; y Avril D. Haines como directora de inteligencia nacional.

El Senado generalmente confirma a algunos nominados, en particular a los secretarios de Defensa, el día de la toma de posesión. Sin embargo, hace cuatro años, el marcado rechazo que generaba Donald Trump llevó a demoras en las audiencias, causadas por los demócratas. La única excepción fue la confirmación James Mattis en el Pentágono. Este año, la tensión es aún mayor debido al impeachment contra Trump y a la presencia militar extraordinaria en Washington ante el temor de violencia extrema.

La demora de los republicanos del Congreso en reconocer la victoria electoral de Biden, junto con las dos elecciones de segunda vuelta en Georgia, retrasaron las audiencias de confirmación.

Una de las prioridades de Biden es poner en marcha rápidamente a su equipo de seguridad nacional, no sólo por sus esperanzas de revertir o modificar las políticas de la Administración de Trump, sino también por los desafíos que pueden generar en el comienzo de su mandato los problemas diplomáticos, militares y de inteligencia a escala mundial.

El candidato que puede generar más controversia es Lloyd Austin, un general del Ejército que se retiró hace poco tiempo y a quien Biden eligió para dirigir el Pentágono. Austin necesitará no solo un voto de confirmación favorable en el Senado, sino también tanto la Cámara de Representantes como del Senado autoricen una exención, ya que lleva menos tiempo sin uniforme, sólo cuatro años, de lo que establece la ley.

La última vez que un nuevo presidente no tuvo a su secretario de Defensa confirmado por el día de la inauguración fue en 1989: el presidente George H. W. Bush. Su candidato, John Tower, tuvo una gran oposición y terminó siendo rechazado por el Senado semanas después.

También están pendientes de confirmación Alejandro Mayorkas, el candidato de Biden a secretario del Departamento de Seguridad Nacional; el confidente de Biden, Antony Blinken, para dirigir el Departamento de Estado; Avril Haine, que será la primera mujer en ocupar el cargo de directora de Inteligencia Nacional; y Janet Yellen como secretaria del Tesoro.

Austin tendrá una audiencia el martes ante el Comité de Servicios Armados del Senado, pero el panel no estará en posición de votar hasta que obtenga la exención. Se espera que los republicanos apoyen ampliamente la nominación de Austin, al igual que los demócratas.

El Gabinete que llega con Biden marca un regreso a un enfoque más tradicional para gobernar, con legisladores veteranos con amplia experiencia y sólidas relaciones en Washington y las capitales globales.

Austin es una excepción ya que sólo dos veces en la historia un general recién retirado trabajó como secretario de Defensa. El último fue el candidato de Trump, James Mattis.

Austin, quien sería el primer secretario de defensa negro, se retiró del Ejército como general en 2016. La ley requiere un período de espera mínimo de siete años. Las dudas que genera aceptar la nominación de una persona que se ha retirado recientemente surgen de la tradición estadounidense de proteger la posible influencia militar excesiva a partir de darle control a la población civil.

Cuando en diciembre anunció a Austin como su nominado, Biden insistió en que está “especialmente preparado” para el puesto. Lindsay P. Cohn, experta en relaciones cívico-militares y profesora asociada en el Colegio de Guerra Naval de Estados Unidos, declaró en una audiencia en el Senado sobre el tema la semana pasada que una exención de Austin plantea riesgos preocupantes.

“Elegir a un oficial general recientemente retirado y argumentar que está excepcionalmente calificado promueve la narrativa de que los oficiales militares son mejores y más confiables que los funcionarios públicos u otros civiles”, argumentó.

“Esto es enormemente problemático en un momento en que uno de los mayores desafíos que enfrenta el país es la necesidad de restaurar la confianza y la fe en el sistema político. Dar a entender que solo un oficial militar puede hacer este trabajo en este momento es contraproducente para ese objetivo”, añadió.

Algunos demócratas ya han dicho que se opondrán a una exención. Argumentan que otorgarlo para dos Administraciones seguidas hace que la excepción se parezca más a una regla. Aun así, parece probable un voto favorable.

El presidente del Comité de Servicios Armados de la Cámara de Representantes, el representante Adam Smith, demócrata por Washington, presentó el viernes una legislación de exención para Austin.

Mayorkas, el candidato de Biden a secretario del Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por su sigla en inglés), sería el primer latino y el primer inmigrante en liderar la agencia. Una decisión notable porque el DHS supervisa las fronteras y las agencias de servicios de inmigración.

Haines, exdirectora adjunta de la CIA y exasesora adjunta de seguridad nacional en la Administración de Obama, debía comparecer el viernes ante el Comité de Inteligencia del Senado, pero la audiencia para su confirmación como directora de Inteligencia Nacional se pospuso hasta el martes.

Se espera que prometa mantener la política fuera de la comunidad de inteligencia, una tendencia de la Administración Trump.

“Para ser eficaz nunca debe rehuir decir la verdad al poder, incluso, especialmente, cuando hacerlo puede resultar inconveniente o difícil”, dirá Haines, según extractos de sus comentarios preparados.

Yellen, la nominada a secretaria del Tesoro, seguramente será interrogada por el Comité de Finanzas del Senado sobre los detalles del plan de ayuda de emergencia de 1,9 billones de dólares propuesto por Biden la semana pasada.

“Sin más acciones, corremos el riesgo de sufrir una recesión más prolongada y dolorosa, y una cicatrización de la economía a largo plazo”, opina Yellen, que Agrega que “ahora mismo, con las tasas de interés en mínimos históricos, lo más inteligente que podemos hacer es actuar a lo grande”, y afirma que a largo plazo “los beneficios superarán con creces los costes”.

Con información de Associated Press y The New York Times.