En 2014, la participación en las elecciones de mitad de mandato en Estados Unidos alcanzó un mínimo histórico. Menos del 42% de los electores se presentaron a la votación, que se realiza justo entre dos elecciones presidenciales, y en la que se elige a todos los miembros de la Cámara de Representantes, a un tercio del Senado y varios cargos a niveles estatales. Cuatro años después, en las elecciones de medio mandato del presidente Donald Trump, ese número aumentó al 53,4 %, según la Oficina del Censo de EE. UU.

Brandon Conradis, redactor especializado en la campaña electoral de la página de noticias políticas The Hill, y exredactor de noticias en DW, piensa que, también este año, muchos votantes estadounidenses participarán en las elecciones del 8 de noviembre.

“Partiendo de los datos previos a la votación, vemos que la participación probablemente será significativamente mayor de lo que suele ser en una elección intermedia”, dijo Conradis a DW. “Creo que eso es un indicio de la preocupación por la situación en que está el país en este momento”.

Estados Unidos, un país dividido
En 2022, Estados Unidos es un país altamente polarizado. Las reacciones a la anulación que hizo la Suprema Corte de Justicia del fallo Roe vs. Wade, que garantizaba el derecho constitucional a abortar legalmente en todo el país, fue una clara señal de la brecha que separa a la izquierda de la derecha. Los liberales estaban horrorizados porque consideraron que se les arrebató un derecho básico. Los conservadores estaban eufóricos y celebraron la decisión como una gran victoria. Esta fuerte polarización puede ser un motor para la participación electoral, porque ambos bandos están ansiosos por evitar que el otro gane siquiera una pulgada (o un escaño) en la carrera por el poder.

Los votantes demócratas de los estados donde se elige este año autoridades quieren asegurarse de que no sea un gobernador republicano quien decida si las mujeres embarazadas tienen acceso legal al aborto o no. Y los votantes republicanos, temerosos de una recesión, culpan al presidente Joe Biden de los problemas económicos actuales, y esperan que los políticos republicanos puedan cambiar algo.

“La inflación, la economía y la criminalidad son factores realmente importantes para los votantes conservadores en este momento. Esos son los grandes temas y puntos de debate para sus candidatos”, dijo a DW Laura Merrifield Wilson, profesora asociada de Ciencias Políticas en la Universidad de Indianápolis. “Para los demócratas, el aborto está ocupando la mayor parte de la campaña”.

Además, agregó Wilson, los electores demócratas también están preocupados de que, luego del fallo sobre el aborto, la Suprema Corte podría analizar también otros asuntos de importancia social, así como, tal vez, restringir los derechos de los homosexuales de manera similar.

Negacionistas republicanos
Si los demócratas pierden el control de una de las dos cámaras, eso haría que la segunda mitad del mandato de Joe Biden se volviera más complicada que la primera. La aprobación de leyes sin una mayoría en el Congreso se haría mucho más difícil.

Pero, además de la cuestión de siempre, sobre “quién se quedará con la Cámara de Representantes y el Senado”, hay un tema que hace que estas elecciones de mitad de mandato sean distintas de “cualquier otra de las anteriores”, según Wilson. Varios candidatos republicanos apoyan abiertamente la afirmación de Donald Trump -ahora completamente refutada- de que las elecciones de 2020 fueron “robadas”, y que el habría ganado si los resultados no hubieran sido manipulados.

Uno de estos negacionistas es Kari Lake, una fuerte defensora de Trump que se postula para gobernadora de Arizona. “Desafortunadamente, tuvimos una elección robada, y, en realidad, tenemos un presidente ilegítimo en la Casa Blanca”, dijo Lake, citada por la emisora pública PBS, en la campaña electoral de las primarias, en junio de 2022.

El candidato republicano a secretario de Estado de Arizona, Mark Finchem, también ha dicho que no habría firmado la victoria de Biden en Arizona, donde el demócrata venció por poco a Trump, hecho que fue confirmado por un recuento.

Impacto potencial en las elecciones presidenciales de 2024
En el sistema electoral estadounidense, generalmente es el gobernador de un estado el que está a cargo de organizar el proceso electoral y de certificar los resultados de los comicios. “Es una elección que Lake verdaderamente podría ganar, y eso realmente tendría un impacto en las presidenciales de 2024”, señaló en entrevista con DW Jessica Taylor, redactora especializada en el Senado y los gobiernos estatales en el Cook Political Report, un boletín político apartidario que analiza las elecciones en EE. UU.

“Si, como esperamos, el expresidente Trump trata de postularse nuevamente como candidato, y si cuenta con personas más amigables en algunos de los ‘estados bisagra’, que puedan estar dispuestos a anular los resultados o a trabajar con la legislatura estatal para hacerlo”, entonces las cosas podrían resultar diferentes a lo que sucedió en 2020, subrayó Taylor.

Un momento histórico para Estados Unidos
Algunos candidatos que no reconocen al actual gobierno de Estados Unidos como legítimo están compitiendo por cargos de liderazgo. Conradis cree que ese factor contribuye a la preocupación que rodea a estas elecciones de medio mandato.

El periodista también hizo hincapié en que el país nunca tuvo tantos candidatos que niegan abiertamente que el hombre que ocupa el sillón de la Casa Blanca llegó allí de manera justa y honesta. “Parece que estamos en un momento sin precedente en la historia de Estados Unidos”, concluyó.

(cp/ers)

Autor: Carla Bleiker