Después de años de rumores, el futuro de los smartphones de LG ha vuelto a ser objeto de especulaciones después de que el CEO de LG, Kwon Bong-Seok, enviase un mensaje a la plantilla el miércoles dando a entender que podría haber cambios importantes dentro de poco.

Después de años de pérdidas, no debería resultar del todo sorprendente la posibilidad de que LG decida abandonar el negocio de los teléfonos o venda su división de smartphones, pero esta noticia parece algo abrupta cuando solo ha pasado una semana desde que LG presentase su nuevo concepto de teléfono enrollable durante este CES 2021.

Sin embargo, según la información que ha aportado el Korea Herald, tras el mensaje de Kwon otro jefe de LG también explicó que “dado que la competencia en el mercado mundial de dispositivos móviles se está volviendo más feroz, ya es hora de que LG piense en frío y tome la mejor decisión. La compañía está barajando todas las medidas posibles, incluida su venta, retirarse de ese mercado o reducir la inversión en este apartado”

Afortunadamente, Kwon dijo que “independientemente de cualquier cambio en la línea de negocio de los smartphones, se mantendrán los empleos, por lo que no hay necesidad de preocuparse”, y el Korea Herald informó que alrededor del 60% del personal será trasladado o reasignado a otras líneas dentro de LG.

Recientemente, aunque LG había podido reducir las pérdidas derivadas de su división de teléfonos subcontratando la producción de dispositivos de menor coste a terceros, la división de móviles de LG todavía sufría pérdidas por valor de 124,9 millones de dólares en el tercer trimestre de 2020.

Mi forma de verlo es que los problemas de LG Mobile provienen de diferentes vías. La primera es que durante años, LG ha intentado seguir el ritmo de su gran rival coreano Samsung sin tener el mismo nivel de tecnología o las ventas necesarias para mantener y respaldar el desarrollo de teléfonos de alta gama. Además, los teléfonos de LG han llevado a cuestas un software y un sistema de soporte mediocres, y sus esfuerzos en mejorar su software han tenido pocos efectos en el usuario final. Esto a menudo suponía que las nuevas versiones de Android tardardaban meses o, a veces, años en llegar a sus dispositivos.

Y aunque realmente me gustan los teléfonos algo más experimentales como el LG Wing, a menudo sentía que LG pasaba más tiempo lanzando ideas locas que tratando de construir una gama más amplia de dispositivos económicos de rango medio con los que competir mejor con los dispositivos Samsung, como los móviles de la serie Galaxy A, que han sido algunos de los teléfonos más vendidos a nivel mundial durante los últimos dos años.

En muchos aspectos, si LG quiere salvar el negocio de los smartphones, podría tener sentido que se centren en el diseño del hardware y del dispositivo en vez de perder el tiempo trabajando en una capa de personalización propia de LG. Esto podría permitir a LG seguir trabajando en el desarrollo de dispositivos como su teléfono enrollable y otros móviles de gama media, mientras que Google se hace cargo de las actualizaciones de software y el sistema operativo.

Agencias