A raíz del asedio al Capitolio del miércoles pasado, varios escenarios son posibles a medida que el Congreso considera castigar al presidente Trump por su papel en la incitación a la insurrección. Estas son algunas opciones:

Dimisión de Trump

La mayoría de los demócratas y algunos republicanos quieren que Trump renuncie de inmediato para limitar el daño potencial que puede hacer, aunque le queda poco más de una semana para el fin de su mandato.

En 1974, un trío de líderes republicanos del Congreso ayudaron a persuadir al presidente Nixon de que dimitiera, diciéndole que enfrentaba un juicio político y la destitución de su cargo; la Cámara ya había comenzado los trámites como resultado del escándalo del Watergate y su encubrimiento. Hasta ahora, Trump no muestra ninguna inclinación a renunciar y tampoco los principales republicanos evidencian presión alguna para que lo haga.

Invocación de la 25ta Enmienda

La 25ta. Enmienda de la Constitución dispone que el presidente sea relevado de sus funciones si el vicepresidente y la mayoría del Gabinete declaran que “no puede cumplir con los poderes y deberes de su cargo”. Es un proceso que puede llevar mucho tiempo y sería difícil de completar antes de que el mandatario electo, Joe Biden, asuma el cargo, el 20 de enero. El vicepresidente Mike Pence y el gabinete no han mostrado apoyo público a tal medida. Los republicanos de la Cámara bloquearon el lunes una votación sobre una medida que pedía a Pence la invocación de la enmienda.

Juicio político

Si Trump no renuncia y Pence se niega a invocar la 25ta Enmienda, los demócratas de la Cámara de Representantes se están preparando para votar a mitad de semana sobre al menos un artículo de juicio político que citaría a Trump por “incitación a la insurrección”. Si el artículo es aprobado por mayoría, como es lo más probable en una Cámara controlada por los demócratas, sería la primera vez que un presidente enfrenta este proceso dos veces durante su mandato.

Una vez que el Senado recibe el artículo, debe dejar de lado todos los demás asuntos para tomar la resolución del juicio político y realizarlo. Es poco probable que eso suceda antes de la toma de mando de Biden, porque el Senado está en receso hasta el 19 de enero, la víspera de la investidura del nuevo presidente, y el líder de la mayoría del Senado, Mitch McConnell (R-Kentucky) ya adelantó que no llamará a los legisladores antes de esa fecha.

Para evitar consumir las primeras semanas de la administración Biden con un juicio político divisivo, algunos demócratas sugieren que podrían posponer el envío de los artículos al Senado hasta después de los primeros 100 días de Biden al frente, para dar tiempo al Congreso de considerar a los nominados al gabinete del nuevo mandatario y sus principales prioridades políticas. El presidente electo sugirió el lunes que el Senado tal vez podría “bifurcar” sus jornadas, dividiéndolas a la mitad entre las tareas por el juicio político y los asuntos de su administración.

Censura

La Cámara y el Senado podrían aprobar una resolución con un castigo menor: una censura formal a Trump por incitar a la insurrección. Aunque todavía es una posibilidad remota en el Senado, como sanción tendría más posibilidades de éxito. Un juicio político no solo llevaría mucho tiempo, sino que requeriría dos tercios de los votos del Senado para condenar a Trump, lo cual demandaría del apoyo de hasta 17 republicanos, más de lo que cualquiera cree probable. Una resolución de censura podría avanzar sin demoras y aprobarse con solo 60 votos; se considera posible encontrar 10 republicanos dispuestos a sancionar al aún presidente de esa manera.

Invocación de la 14ta Enmienda

El Congreso podría aprobar una resolución no vinculante que sostenga que Trump debe estar sujeto a la 14ta Enmienda, una adición a la Constitución posterior a la Guerra Civil, que sostiene que una persona que se ha involucrado en una “insurrección o rebelión” contra EE.UU está descalificada para ocupar un cargo estatal o federal. Una resolución de este tipo no le impediría al aún primer mandatario postularse u ocupar un puesto público, porque, sin su firma, una medida no tiene fuerza de ley. Sin embargo, quienes la defienden creen que podría brindar apoyo legal para las demandas que desafían una posible candidatura de Trump, como una expresión de la intención del Congreso, si decidiera postularse para presidente en 2024, tal como ha insinuado.

No hacer nada

El Congreso podría no tomar ninguna medida para castigar a Trump antes de que deje el cargo y permitir que el sistema legal imparta justicia en los tribunales. Pero eso es poco probable. La mayoría de los demócratas lo verían como un abandono de su deber de responsabilizar al presidente —incluso si se encuentra en sus últimos días en el cargo— por fomentar un ataque al Capitolio para evitar que el Congreso cumpla con su deber constitucional de ratificar los resultados de las elecciones presidenciales, un ataque que resultó en cinco muertes.

Agencias