Un indicador de la inflación en Estados Unidos seguido de cerca por la Reserva Federal subió un 5,8% el año pasado, el mayor incremento desde 1982, debido a que el rápido gasto del consumidor colisionó con las cadenas de suministro paralizadas, lo que elevó el costo de los alimentos, los muebles, los electrodomésticos y otros bienes.

El informe publicado el viernes por el Departamento de Comercio precisó que el gasto del consumidor cayó un 0,6% en diciembre, ya que los precios más altos pueden haber desanimado a algunos compradores. Las adquisiciones de automóviles, productos electrónicos y ropa disminuyeron el mes pasado. Una ola de casos de ómicron también impidió que muchos estadounidenses viajaran, comieran fuera o visitaran teatros y otros lugares de entretenimiento. Al mismo tiempo, los ingresos aumentaron un 0,3% el mes pasado, proporcionando el combustible para gastos futuros.

La inflación obstinadamente alta ha golpeado los presupuestos de las familias, arrasó con los aumentos salariales del año pasado y ha planteado un desafío político grave para el presidente Joe Biden y los demócratas en el Congreso También llevó a la Reserva Federal a señalar el miércoles que planea aumentar las tasas de interés varias veces este año a partir de marzo para tratar de controlar la aceleración de los precios.

Excluyendo las categorías volátiles del comportamiento de los precios, como alimentos y energéticos, la llamada inflación subyacente aumentó un 4,9% el año pasado, su mayor ganancia desde 1983.

El presidente de la Fed Jerome Powell también dejó en claro que ese organismo se moverá para reducir sus enormes tenencias de bonos por 8,9 billones poco después de que comience a subir las tasas, otro paso que probablemente restringirá el crédito, desacelerará el gasto y posiblemente debilitará la economía.

Hablando en una conferencia de prensa el miércoles, Powell reconoció que la inflación ha empeorado “ligeramente” en el último mes. Advirtió que los precios más altos “ahora se han extendido a una gama más amplia de bienes y servicios”, después de afectar inicialmente a ciertos sectores de la economía, como los productos para el hogar manufacturados en fábricas, que fueron los más afectados por la pandemia.