Estados Unidos, Reino Unido y Alemania alertaron sobre un posible ataque terrorista en el aeropuerto de Kabul, en Afganistán. Horas más tarde, la advertencia se volvió una realidad.

La mañana de este jueves – 26 de agosto – se detonaron dos bombas frente al aeropuerto principal de Kabul: Una de ellas fue detonada por un suicida que se coló entre la multitud en los alrededores del aeródromo, mientras que la segunda explotó en un hotel cercano.

El suceso dejó alrededor de 60 muertos, entre ellos, una docena de soldados estadounidenses, y decenas de heridos, de los cuales, 15 también son soldados norteamericanos.

ISIS-K se adjudica el atentado en Kabul
A través de una conferencia de prensa, el Pentágono de los Estados Unidos confirmó el número de decesos en las tropas estadounidenses. Asimismo, dieron a conocer que el ISIS-K se adjudicó el atentado.

“A pesar de que estamos entristecidos por la pérdida de vidas, continuaremos nuestra misión (…) Todavía hay una serie de amenazas activas”, expresó el general Kenneth Mckenzie, jefe del Estado Mayor, añadiendo que, tras las explosiones, “milicianos del ISIS abrieron fuego contra civiles y fuerzas militares” en la zona.

Estados Unidos tomará represalias
Mckenzie también reveló que el país tomará represalias y que las fuerzas estadounidenses están “preparadas y listas para defenderse” de posibles nuevos ataques.

Por su lado, el Presidente Biden emitió un mensaje similar al del general McKenzie, señalando que “defenderá a su gente con todo lo que tiene”.

“Nos sentimos ultrajados y doloridos. Las vidas que hemos perdido hoy han sido dadas en servicio de la libertad y la seguridad. En el servicio de Estados Unidos. Los que han realizado este ataque, igual que cualquiera que ataque a Estados Unidos, no los vamos a perdonar y no lo vamos a olvidar. Los vamos a atrapar y los vamos a hacer pagar. Voy a defender a mi gente con todo lo que tengo”, sentenció.

Agencias