Con la designación de John Kerry como representante especial para el clima, el presidente electo de los Estados Unidos Joe Biden apuesta por un diplomático con experiencia y conocido por líderes mundiales para consagrar el retorno del país al Acuerdo de París. De hecho, fue el propio Kerry, entonces secretario de Estado de Barack Obama, quien en 2015 firmó en nombre de EE. UU. ese tratado.

Una de las promesas más importantes que Joe Biden hizo apenas ingrese a la Casa Blanca el próximo 20 de enero de 2021 fue precisamente el retorno de los Estados Unidos al Acuerdo de París, del cual, como también ocurrió con el acuerdo nuclear iraní, el actual mandatario Donald Trump se apartó.

“Regreso al Gobierno para volver a llevar a Estados Unidos por buen camino ante el mayor desafío que enfrenta esta generación y las que le seguirán”, fue el mensaje que John Kerry compartió en su cuenta oficial de Twitter, con el que además mencionó que hay que “tratar a la crisis climática como la urgente amenaza a la seguridad nacional que es”.

John Kerry, de 76 años, es uno de principales pesos pesados del Partido Demócrata en EE. UU. Dos años menor que Joe Biden, fue secretario de Estado y hasta intentó infructuosamente postularse a la Casa Blanca en 2004. En sus 28 años como senador se caracterizó por su interés en los asuntos exteriores. No obstante, dejó el cargo de secretario de Estado cuando Donald Trump inició su mandato.

Un año atrás, lanzó una alianza de personalidades contra el cambio climático a la que bautizó “Guerra Mundial Cero”. “Ningún país hace su trabajo”, sobre el clima, mencionó Kerry entonces. “Tenemos que tratar esto como una guerra”, afirmó.

Pero, cada año de inacción durante la presidencia de Trump se fue complicando esa guerra. La emisión de gases de efectos invernadero en los Estados Unidos está cayendo por el creciente uso de energías renovables y por la pandemia. Sin embargo, eso no ocurre a la velocidad necesaria para lograr el objetivo proclamado por Joe Biden: llegar en 2050 a la neutralidad absoluta de carbono.

Cuando se firmó el Acuerdo de París en diciembre de 2015, la idea de un mundo neutro en carbono en 35 años parecía tan radical que ni figuraba en el texto. Le neutralidad en carbono significa que los residuos de las emisiones de carbono son neutralizados por sistemas de absorción. Sin embargo, en cinco años, muchos países y la Unión Europea se pusieron como objetivo alcanzar esa meta en 2050.

China anunció en septiembre que llegaría a ella en 2060 no sin criticar la inconsistencia de los Estados Unidos, el segundo mayor emisor mundial de gases contaminantes.

Así las cosas, John Kerry deberá recuperar la confianza de los socios del país y probar que lo pactado en París, y que fue debilitado por Donald Trump, era la correcto. Ese acuerdo no impone medidas a los signatarios. Les pide que ellos mismos fijen sus objetivos, los respeten y eventualmente los incrementen. Esa formula poco coercitiva es, a la vez, la fuerza y la debilidad del acuerdo pues depende de la buena voluntad de cada país.

John Kerry está curtido en misiones diplomáticas peligrosas. Además del clima e Irán, negoció con Rusia un acuerdo sobre las armas químicas en Siria. Vale recordar que el presidente Barack Obama lo envió en 2011 a Islamabad para intentar apaciguar a los socios paquistaníes que estaban disgustados porque Washington no les informó sobre el ataque aéreo que terminó con la muerte de Osama bin Laden.

Desde el 20 de enero, el Gobierno de Joe Biden deberá mostrarle al mundo su plan sobre el clima con la mira puesta en la conferencia COP26 que la ONU celebrará en Glasgow en noviembre de 2021.

*Con información de AFP