Madrid, 7 feb (EFE).- La evolución de la pandemia de coronavirus condicionará la cumbre iberoamericana prevista para abril en Andorra, que podría tener por vez primera en su historia carácter eminentemente telemático.

Estas cumbres, a las que asisten el rey, el presidente del Gobierno de España y los jefes de Estado del resto de países de la comunidad iberoamericana, se celebran cada dos años desde 2014.

Por vez primera Andorra iba a acogerla en noviembre de 2020, pero el coronavirus obligó a posponerla al 21 y 22 de abril con la esperanza de celebrarla con carácter presencial.

En estos momentos, el Ejecutivo español reconoce que es muy difícil que la situación de la pandemia en todo el mundo facilite una reunión cara a cara de los líderes de 22 países con los desplazamientos que conlleva.

Remite a la Secretaría General Iberoamericana y a Andorra para la decisión definitiva y la forma en que se organizaría, pero a la espera de ello, fuentes diplomáticas señalan a Efe que podría desarrollarse al menos con un pequeño grupo de líderes de forma presencial en Andorra, el pequeño país situado entre España y Francia, y el resto participando telemáticamente desde sus respectivos países.

Si se opta por esta modalidad, se da por segura la presencia en Andorra, junto al jefe de Gobierno del Principado andorrano, Xavier Espot, del rey Felipe VI y del presidente del Ejecutivo español, el socialista Pedro Sánchez.

En ese caso, Felipe VI realizaría previamente un viaje de Estado al Principado tal y como estaba previsto cuando la cumbre se iba a celebrar en noviembre pasado.

El rey aludió recientemente a esta cita en Andorra cuando el 28 de enero, en una recepción al cuerpo diplomático, destacó la importancia del encuentro cuando se cumple el 30 aniversario de estas cumbres.

También podrían estar en Andorra, entre otros, el presidente y el primer ministro de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa y Antonio Costa, respectivamente, y la secretaria general Iberoamericana, Rebeca Grynspan.

Si ese fuera finalmente el formato elegido, podría darse la circunstancia de que se tratara de una de las cumbres iberoamericanas con mayor participación, ya que siempre hay ausencias de algunos presidentes por motivos de agenda y, al evitar el desplazamiento físico, se eliminarían algunas trabas.

De forma telemática se han celebrado ya reuniones ministeriales preparatorias de la cumbre, que tenía como lema inicial “Innovación para el desarrollo sostenible. Objetivo 2030”, y al que se ha añadido “Iberoamérica frente al reto del coronavirus”.

La importancia de un análisis conjunto sobre la pandemia, sus consecuencias y las medidas para hacerle frente abonan los esfuerzos, según las fuentes citadas, para que se celebre la cumbre adaptándola a las circunstancias.

CUMBRE CON MARRUECOS

Pedro Sánchez y su homólogo marroquí, Saadedín Otmani, iban a presidir el pasado 17 de diciembre en Rabat la XII cumbre bilateral, pero una semana antes ambos Ejecutivos anunciaron que se posponía a febrero por la situación epidemiológica

Fuentes del Gobierno han manifestado a Efe que el momento sigue siendo muy delicado para cumplir esa previsión y, por tanto, habrá que esperar a que se den las condiciones que permitan su desarrollo con todas las garantías.

No se fija por ahora otra fecha orientativa y desde el Ejecutivo se recalca que se convocará cuando la evolución de la pandemia lo permita.

Además, rechazan que haya motivos distintos a ella para no celebrar la cumbre y desvinculan su aplazamiento de las declaraciones del primer ministro marroquí en las que, a finales de diciembre, reafirmó la reivindicación de su país sobre Ceuta y Melilla, ciudades españolas en el norte de África fronterizas como Marruecos, y dijo que tratarían esta cuestión con España tras solucionar el conflicto del Sáhara Occidental, antigua colonia española.

“No hay tema. Ceuta y Melilla son españolas. Lo conoce muy bien el Gobierno marroquí”, recalcó la vicepresidenta primera del Ejecutivo español, Carmen Calvo, tras esas palabras que provocaron que el Ministerio de Asuntos Exteriores convocara con carácter de urgencia a la embajadora de Marruecos en España, Karima Benyaich, para pedirle explicaciones.

El Gobierno español insiste en que ese asunto está zanjado, que ni esas palabras ni la posición española ante el futuro del Sahara son la causa del nuevo aplazamiento de la reunión y que la única razón es la pandemia.