Las imágenes por satélite que llegan de la isla griega de Evia revelan de forma clara la devastación provocada por los incendios forestales que está provocando el cambio climático y que han arrasado el Mediterráneo en estos últimos días, dejando atrás cientos de miles de hectáreas de bosques quemados y comunidades enteras desplazadas de sus casas.

Estas imágenes de Evia, la segunda isla más grande de Grecia y la más afectada por los incendios forestales, fueron capturadas por el satélite Copernicus Sentinel-2 de la Unión Europea el 1 de agosto, antes de que comenzaran los incendios forestales, y posteriormente el día 11 de agosto. Durante esos 10 días miles de personas tuvieron que evacuar la isla, mientras que, según los informes, otras tantas se quedaron para luchar contra los incendios. Vistas una al lado de la otra, estas imágenes sirven como llamada de atención que nos recuerda que la crisis climática no es un problema futuro, sino un desastre del presente.

A partir de este jueves, los bomberos de Grecia comenzaron a contener los incendios forestales, gracias también a las tormentas que se produjeron en la región. Sin embargo, como informa EuroNews, se esperan fuertes vientos este fin de semana, que podrían volver a intensificar las llamas en el país, que ya ha perdido 100.874 hectáreas de bosques y fincas de olivos, según el Sistema Europeo de Información de Incendios Forestales. Numerosos hogares y negocios también han desaparecido bajo las llamas.

En medio de la peor ola de calor que ha azotado el Mediterráneo en décadas, los incendios forestales han arrasado ya varios países, incluidos Macedonia del Norte, Albania, Italia y Turquía, donde las temperaturas han llegado a alcanzar los 53 grados el pasado 3 de agosto. Sicilia alcanzó también un máximo de 48,8 grados, la temperatura más alta jamás registrada en Europa.

Los recientes incendios forestales y las olas de calor se siguen sucediendo a la vez que sirven de ejemplo del precio que esta crisis climática tendrá para la humanidad y los ecosistemas terrestres si no logramos frenar nuestras emisiones. A los espectaculares incendios forestales que ya hemos visto en Estados Unidos y Grecia hay que sumarle las inundaciones mortales de Alemania, los incendios de la tundra siberiana y la desaparición del hielo en Groenlandia. Una lista que no hace más que acrecentarse a cada día que pasa.

Estos desastres solo se volverán más frecuentes e intensos con el tiempo, como ha concluido el importante informe publicado el lunes por el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC). No reducir de forma drástica nuestro consumo de petróleo y la producción de gases de efecto invernadero solo acelerará e intensificará el cambio climático y, por tanto, la destrucción de nuestro planeta.

“Todavía es posible prevenir muchos de los impactos más graves, pero realmente requiere un cambio transformador sin precedentes: la reducción rápida e inmediata de los gases de efecto invernadero”, explicaba a los periodistas Ko Barrett, vicepresidente del IPCC, antes de la publicación del informe de esta semana.

En una conferencia de prensa el jueves, el primer ministro de Grecia, Kyriakos Mitsotakis, se hizo eco de las advertencias del IPCC. “La crisis climática, me gusta usar este término en vez de cambio climático, ya está aquí y nos muestra que todo debe cambiar”.