El cártel del petróleo de la OPEP, liderado por Arabia Saudí, y países productores aliados como Rusia tenían previsto decidir cuánto crudo proporcionar a la economía global ante una demanda debilitada en China y la incertidumbre por el impacto de nuevas sanciones occidentales contra Rusia que podrían sacar una cantidad considerable de petróleo del mercado.

La alianza de 23 países OPEP+ tenía previsto reunirse el domingo, el día antes de que entrasen en vigencia dos medidas diseñadas para limitar los ingresos de Moscú por el petróleo como respuesta a su guerra en Ucrania. Eran el boicot de la Unión Europea a la mayoría del crudo ruso y un tope de precio de 60 dólares por barril de exportación rusa, impuesto por la UE y el Grupo de las 7 democracias más desarrolladas del mundo.

Rusia rechazó el límite de precios aprobado el viernes y amenazó con cortar el suministro a las naciones que lo habían apoyado.

El petróleo ha cotizado más bajo por temor a que los brotes de coronavirus y las estrictas restricciones de la política china de “cero COVID” puedan reducir la demanda de combustible en una de las mayores economías del mundo. El temor a recesiones en Estados Unidos y Europa también plantea la perspectiva de una demanda más baja de gasolina y otros combustibles derivados del petróleo.

Esa incertidumbre es el motivo por el que la OPEP+ acordó en octubre un recorte de producción de 2 millones de barriles diarios a partir de noviembre, que algunos interpretaron como una posible maniobra para ayudar a Rusia a capear el embargo europeo. Tuvo un impacto limitado porque los países de la OPEP+ ya tenían problemas para cumplir sus cuotas.

Conforme la economía global pierde velocidad, los precios del crudo han ido cayendo desde los máximos del verano. El Brent de referencia cerró el viernes a 85,42 dólares el barril, en comparación con los 98 dólares del mes anterior. Eso redujo los precios de la gasolina en Estados Unidos y en todo el mundo.

Por otro lado, el tope de precios y el boicot de la UE podrían sacar una cantidad desconocida de crudo ruso del mercado global, lo que reduciría el suministro y subiría los precios. Para evitar una pérdida repentina del petróleo ruso, el tope de precios permite a empresas de transporte de mercancías y seguros transportar crudo ruso a países no occidentales o por debajo de esa cifra. La mayoría de la flota de petroleros del mundo está cubierta por aseguradores del G7 o la UE.

Es probable que Rusia intente eludir el tope organizando sus propios seguros y empleando la hermética flota de petroleros no registrados, como han hecho Venezuela e Irán, pero es probable que eso resulte caro y trabajoso, según los analistas.

Ante esas incertidumbres para el mercado global del petróleo, los ministros de la OPEP, liderados por Arabia Saudí, podrían mantener los niveles de producción o reducirla de nuevo para evitar que los precios sigan cayendo. Los precios más bajos suponen menos ingresos para los gobiernos y naciones productoras.

“Creemos que la reunión será bastante breve y la alianza se atendrá a los objetivos actuales de producción”, dijo Gary Peach, analista de mercados de Energy Intelligence. Mantener el rumbo tiene sentido “más aún porque el crudo está en 87 dólares el barril (antes el viernes), que es un buen precio para todos (…). Por supuesto, 98 dólares es mejor, pero ahora mismo creo que ven el mercado como con precio adecuado, un suministro adecuado, y no hay razón para remecer el barco”.

Los analistas de Analysts at Clearview Energy Partners, por el contrario, esperaban que la OPEP+ anunciara un recorte de producción de un millón de barriles al día. Algunos miembros producen por debajo del límite, de modo que eso haría más probable una reducción a aproximadamente 580.000 barriles diarios.

Un recorte de esa magnitud no supondría un problema para el suministro global, ni siquiera teniendo en cuenta el veto de la UE al crudo ruso, que se espera retire otro millón de barriles del mercado, indicó Jacques Rousseau, director gerente de Clearview Energy Partners. El consumo de crudo baja en invierno, en parte porque menos gente conduce.

Pero el tope fijado por el G7 podría llevar a Rusia a tomar represalias y sacar más crudo del mercado. Es probable que los saudíes “compartan los intereses del Kremlin de aplastar el cártel de compradores del G7”, dijo Kevin Book, otro director gerente de Clearview.

El límite de 60 dólares por barril está cerca del precio actual del petróleo ruso, lo que implica que Moscú podría seguir vendiendo aunque rechace el límite en principio.

“SI Rusia termina retirando más petróleo que en torno a un millón de barriles por día, entonces el mundo se quedará corto de petróleo y haría falta una compensación en alguna parte, ya sea de la OPEP o no”, dijo Rousseau. “Eso va a ser el factor clave, determinar cuánto crudo ruso va a salir de verdad del mercado”.


Bussewitz informó desde Nueva York.