Tan solo 44 días se mantuvo al timón del gobierno británico. Liz Truss se había impuesto en la lucha interna de poder de los conservadores, perfilándose como la favorita de las bases derechistas del partido. El desastre comenzó cuando se dispuso a poner en práctica las ideas liberales radicales con las que había logrado llegar a la jefatura de gobierno.

Su ministro de Finanzas, Kwasi Kwarten, presentó un presupuesto que constaba de rebajas tributarias para los ricos y, al mismo tiempo, un aumento de gastos. Truss lo calificaba como un plan para el crecimiento. Pero los mercados vieron amenazada la confianza en la estabilidad financiera de Gran Bretaña, la libra cayó, el Banco de Inglaterra tuvo que rescatar los fondos de pensiones y los intereses hipotecarios subieron.

El eco internacional fue devastador. Hasta el presidente estadounidense, Joe Biden, dijo que la política de Liz Truss fue “un error”. Finalmente, la premier tuvo que despedir a su ministro de Finanzas, que era uno de sus más estrechos aliados políticos y solo había llevado a la práctica la voluntad de la premier. Lo remplazó el exministro de Salud, Jeremy Hunt, quien en 48 horas lanzó por la borda todos los planes de Truss. Todas las rebajas tributarias fueron retiradas, se aplicó un freno a los gastos y se anunció una política de ahorro.

El miércoles (19.10.2022) despidió a también a la ministra del Interior, Suella Braverman, quien tenía el respaldo del ala dura de los tories. La razón fue un problema formal pero, en el fondo, el motivo fue el intento de Truss de abrir las puertas a una mayor inmigración, para reactivar la economía, algo a lo que Bravermann se oponía con vehemencia.

Luego los acontecimientos se precipitaron y el fin llegó con brutal celeridad, siguiendo la tradición británica.

¿Regresará Boris Johnson?
Los conservadores británicos deberán decidir quién sucederá a Truss hasta el viernes de la semana entrante. El rumor más increíble es que Boris Johnson estaría presuntamente dispuesto a postularse. La sola idea demuestra que al parecer no todos los conservadores tienen los pies en la tierra.

Por lo menos el procedimiento está claro: hasta el lunes 24 de octubre tendrán que presentarse los candidatos, que necesitan contar con al menos 100 firmas de adhesión. Si hay más de un postulante, se llevará a cabo un debate y luego una votación en línea en la que participarán los miembros del partido. Los conservadores volverán pues a encomendar la decisión a las bases, que en la última ocasión hicieron una elección tan desastrosa.

¿Elecciones anticipadas?
La primera ministra escocesa, Nicola Sturgeon, habló de un reverendo caos en Londres, afirmando que Truss es solo el síntoma de un sistema político fracturado. “Es una necesidad democrática” celebrar ahora nuevas elecciones”, dijo. El líder opositor Keir Starmer también lo considera necesario.

Pero los conservadores se resisten a la realización de comicios anticipados. En la actualidad, el opositor Partido Laborista aventaja por cerca de 30 puntos al Partido Conservador. La mayor parte de los actuales 357 parlamentarios perderían sus escaños en los antiguos bastiones laboristas en los que había logrado incrementar su caudal de votos hace tres años, según los pronósticos. Desde su punto de vista hay, en consecuencia, poderosas razones para buscar un reemplazante interno para el cargo de primer ministro.

(ers/ms)

Autor: Barbara Wesel