Helicópteros Black Hawk y un avión de ataque A-29 Super Tucano es parte del millonario armamento que los talibanes tienen en su poder, luego de que el gobierno de Afganistán huyera y dejara abandonado el equipo adquirido con miles de millones de dólares gastado por Estados Unidos.

En las últimas dos décadas, administraciones republicanas y demócratas gastaron aproximadamente $83,000 millones de dólares en capacitar y equipar a las fuerzas de seguridad afganas, según un reporte de The Hill.

Entre el sofisticado equipo se informa que habría carabinas M4 y rifles M16 de fabricación estadounidense, en lugar de sus icónicos AK-47, además de Humvees estadounidenses y vehículos protegidos contra emboscadas, las cuales son resistentes a minas.

“Cuando un grupo armado tiene en sus manos armas de fabricación estadounidense, es una especie de símbolo de estatus. Es una victoria psicológica”, consideró Elias Yousif, subdirector del Monitor de Asistencia para la Seguridad del Centro de Política Internacional.

El reporte agrega que entre 2003 y 2016, Estados Unidos transfirió 75,898 vehículos, 599,690 armas, 162,643 equipos de comunicaciones, 208 aviones y 16,191 equipos de inteligencia, vigilancia y reconocimiento a las fuerzas afganas. La información se toma de la Oficina de Responsabilidad del Gobierno de 2017.

Aunado a ello, entre 2017 y 2019 también se entregó a las fuerzas afganas 7,035 ametralladoras, 4,702 Humvees, 20,040 granadas de mano, 2,520 bombas y 1,394 lanzagranadas, entre otros equipos.

“Al 30 de junio, las fuerzas afganas tenían 211 aviones suministrados por Estados Unidos en su inventario”, señala el reporte.

Aunque no se ha reportado una amenaza directa hacia EE.UU., expertos en seguridad nacional y militares, así como el presidente Joe Biden, han confirmado un incremento en la vigilancia para detectar cualquier plan de ataque que emerga de grupos terroristas y las acciones inmediatas para evitarlos.

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