Por Dánica Coto – The Associated Press

Un exsenador haitiano, un funcionario despedido y un informante del Gobierno de Estados Unidos. Estos son los últimos sospechosos identificados por las autoridades en el marco de la amplia investigación por el asesinato del presidente de Haití, Jovenel Moïse.

Pero la policía asegura que hay más, porque el grupo de prófugos está conformado por cinco hombres, armados y peligrosos.

Hasta ahora han sido detenidos 23 de los 26 exmilitares colombianos sospechosos de haber participado en el magnificido la madrugada del 7 de julio en la residencia del mandatario en Puerto Príncipe. También han sido arrestados tres haitianos y al menos tres sospechosos murieron.

[Uno de los detenidos por el asesinato del presidente de Haití es confidente de la DEA]

Uno de los prófugos que las autoridades buscan por todas partes es el exsenador John Joël Joseph, un conocido político haitiano y opositor al partido Tet Kale, al que pertenecía Moïse.

En un vídeo publicado el año pasado en YouTube, Joseph comparó al mandatario con el coronavirus y afirmó que los haitianos han muerto de hambre o han sido asesinados en medio del aumento de la violencia bajo su administración.

“La inseguridad ha infectado a todos los haitianos”, declaró.

El segundo sospechoso es Joseph Felix Badio, quien trabajó para el Ministerio de Justicia y se incorporó a la unidad anticorrupción del Gobierno en marzo de 2013.

Esta agencia confirmó en un comunicado que Badio fue despedido en mayo por “graves infracciones” éticas no detalladas y que presentó una denuncia contra él.

“Este acto villano es una afrenta a nuestra democracia […] Los autores, coautores y cómplices deben ser perseguidos, investigados y castigados con el máximo rigor”, reiteró la unidad anticorrupción en referencia al asesinato de Moïse.

El tercer prófugo identificado es Rodolphe Jaar. Nacido en Haití, habla inglés y es licenciado en Administración de Empresas, según documentos judiciales. No es ciudadano estadounidense.

Jaar utiliza el alias “Whiskey” y en 2013 fue acusado en un tribunal federal del sur de Florida de conspirar para el contrabando de cocaína desde Colombia y Venezuela, a través de Haití hacia Estados Unidos. Se declaró culpable y fue condenado a casi cuatro años de prisión.

[El arresto del supuesto autor intelectual ahonda el misterio sobre el asesinato del presidente de Haití y el comando colombiano]

Durante la audiencia en la que fue sentenciado en 2015, el abogado de Jaar dijo al tribunal que, antes de ser procesado, su cliente había sido varios años informante del Gobierno de Estados Unidos. También aceptó cooperar con las autoridades federales y pidió una sentencia más leve, alegando que tenía una esposa, un hijo de un año y padres de avanzada edad.

La Administración de Control de Drogas estadounidense (DEA, por sus siglas en inglés) confirmó el martes que uno de los sospechos de participar en el asesinato fue su informante, aunque no reveló su identidad.

En junio del 2000, Jaar demandó por la vía civil al Gobierno estadounidense para que le devolvieran una “gran cantidad” de dinero en efectivo que le habían confiscado, junto con su pasaporte y su visado de turista, cuando agentes de aduanas le pararon en un auto de alquiler. No fue detenido en ese momento, pero Jaar afirmó que se enteró de que estaba siendo investigado por blanqueo de dinero.

El Gobierno le devolvió sus pertenencias y no presentó cargos. Jaar, que retiró la demanda, se describió a sí mismo en los documentos judiciales como el propietario de un exitoso negocio de importación en Haití, que su familia gestionaba desde 1944.

La colaboración de las autoridades de Haití con el gobierno de Colombia permitió que de los 26 exmilitares colombianos que presuntamente formaron parte del comando que mató al presidente, 23 fueron arrestados y siguen detenidos en el país caribeño.

Los haitianos detenidos son James Solages, Joseph Vincent y Christian Emmanuel Sanon, este último considerado uno de los autores intelectuales del magnicidio.

La policía detalló que Sanon llegó a Haití en junio a bordo de un avión privado con varios de los presuntos mercenarios. Este hombre de 63 años es un médico haitiano, pastor de una iglesia y empresario residente en Florida, que llegó a manifestar en YouTube su deseo de convertirse en presidente de Haití y denunció que ciertos dirigentes del país son corruptos.