Un misterioso cierre de la única planta de energía nuclear de Irán ha alimentado las especulaciones sobre su causa y ha planteado dudas sobre la seguridad en el reactor construido por Rusia.

Los funcionarios iraníes citados en los medios estatales describieron un “cierre de emergencia” de la planta de energía nuclear en Bushehr, en la costa del Golfo Pérsico y dentro de las 120 millas de las relucientes ciudades de la península arábiga rica en petróleo.

Se citó a los funcionarios que atribuyeron el cierre del reactor de agua ligera de 1.000 megavatios el domingo a una falla de ingeniería no especificada y dijeron que duraría varios días, pero no revelaron otros detalles.

“De hecho, una falla técnica causó que (la planta de energía nuclear) se desconectara del circuito”, dijo el portavoz de la compañía eléctrica, Mostafa Rajabi-Mashhadi, citado por el estado. “Se conectará al circuito después de más reparaciones”.

Los sitios nucleares y militares sensibles de Irán han sido objeto repetidamente de sabotajes, presumiblemente realizados por agentes conectados con los adversarios extranjeros de Irán, incluido Israel. Pero la red eléctrica iraní también está bajo una enorme presión debido a que los empresarios utilizan poderosas computadoras para extraer Bitcoins, así como el uso de acondicionadores de aire durante las calurosas primeras semanas del verano.

El funcionario de la compañía eléctrica Gholamali Rakhsanimehr dijo el domingo que la minería de criptomonedas representa la mitad del consumo de electricidad en la capital, Teherán, y que la semana pasada se localizaron y confiscaron 3.000 computadoras que buscaban Bitcoin en Internet. Irán es conocido como uno de los principales usuarios de criptomonedas del mundo, y al parecer implementa Bitcoin y otras monedas electrónicas emergentes para evitar las sanciones estadounidenses.

Irán está actualmente enzarzado en negociaciones con Estados Unidos y otras potencias mundiales sobre un esfuerzo por restaurar un acuerdo de no proliferación y tecnología nuclear de 2015 abandonado por el expresidente estadounidense, Donald Trump, quien impuso una serie de sanciones paralizantes a Irán en un esfuerzo fallido por atraer a Teherán a la mesa de negociaciones.