A Donald Trump se le acaba el tiempo en la Casa Blanca. El 20 de enero deberá dejar el lugar al demócrata Joe Biden, que asumirá la presidencia de Estados Unidos. Y mientras el magnate republicano prepara su mudanza, vecinos de Palm Beach, en el estado de Florida, ya dejaron claro que no quieren que se instale en forma permanente en Mar-a-Lago, su club privado en esa ciudad.

Según medios locales, la alcaldesa de Palm Beach, Gail Coniglio, y el Consejo Municipal recibieron cartas y mensajes en ese sentido en los últimos días. Varios habitantes locales mostraron su preocupación y hasta un abierto rechazo a esa posibilidad.

La última llegó este jueves a la Alcaldía vía fax y está firmada por un desconocido Comité Palm Beach que no se anda con rodeos.

“No queremos que seas nuestro vecino y que infrinjas las leyes aquí”, dice la carta firmada solo con el nombre Comité Palm Beach, de acuerdo con el medio digital Palm Beach Post.

Este mensaje recibido por la alcaldesa, que dice no haber oído antes hablar de ese comité, se suma a un pedido formal dirigido por un abogado de la zona, Reginal G. Staumbach, quien en nombre de un cliente que no identifica afirma que Trump perdió su derecho a residir permanentemente en Mar-a-Lago cuando en 1993 llegó a un acuerdo con las autoridades sobre esa propiedad.

A cambio de mantener la antigua mansión existente en la propiedad de 7,2 hectáreas, que adquirió en 1986, al hoy presidente se le permitió convertirla en un club privado.

Entre otras cosas, se acordó que los socios no podían vivir en el club más de un tiempo determinado, afirma el abogado, que envió también su carta al Servicio Secreto, pues alega además razones de seguridad en contra de que Trump se instale de manera permanente en Mar-a-Lago, donde desde 2019 tiene su residencia a efectos legales.

Según Staumbach, la cerca de Mar-a-Lago está protegida por microondas, que causan “trauma cerebral” y otros problemas de salud, y su cliente ha mostrado “síntomas” de haber estado “expuesto”.

El comité, por su parte, dice que los “vecinos de Mar-a-Lago tienen un mensaje para el comandante en jefe saliente: No queremos que Trump arme su hogar y tenga residencia permanente en el club social”.

Tampoco quieren visitas de “proud boys (chicos orgullosos), skin heads (cabezas rapadas) y locos neonazis” a Mar-a-Lago, en referencia a grupos que han mostrado su sintonía con el mandatario republicano.

Según el diario Palm Beach Post, los planes iniciales de Trump para Mar-a-Lago cuando adquirió esa propiedad frente al mar era subdividir la propiedad y hacer varias viviendas individuales, algo que no se le permitió.

Mansión con 10 suites
El acuerdo por el que sí se le autorizó convertir la mansión en un club privado establece que las 10 suites existentes están reservadas a los socios y sus invitados, y solo pueden utilizarlas un máximo de tres veces al año y no más de siete días cada vez, sin posibilidad de juntar las tres posibles estancias en una sola.

Según el sitio de noticias, el abogado de Trump en 1993, Paul Rampell, dio garantías al Consejo Municipal de que el empresario inmobiliario no iba a vivir en Mar-a-Lago, pero no quedaron plasmadas en el acuerdo.

La única referencia a la posibilidad de hacer de Mar-a-Lago una residencia privada es cerrando el club social.

Hasta ahora no se había cuestionado el derecho de Trump a vivir en Mar-a-Lago, donde desde que llegó a la Presidencia de Estados Unidos en enero de 2017 ha estado en al menos 30 ocasiones, según los medios.

Se espera que esta Navidad pase algunos días en Mar-a-Lago, como tiene costumbre hacer.

En la “Casa Blanca de invierno”, como la llamó, ha recibido incluso a dirigentes y delegaciones extranjeras.

Todos los indicios apuntan a que, cuando el 20 de enero deba abandonar la residencia del 1600 de la Pennsylvania Avenue de Washington, su nuevo domicilio se encontrará en Palm Beach.

Melania, la primera dama, fue vista recientemente recorriendo la escuela Pine Crest en Fort Lauderdale, mientras que en Mar-a-Lago se emprendían reformas, señaló el diario La Vanguardia.

Los vecinos habían protestado reiteradamente por los problemas que les ocasionaban las medidas de seguridad en torno a Mar-a-Lago cada vez que Trump visita su propiedad y algunas compañías de aviación por el cierre de un pequeño aeródromo en esas visitas.

La familia Trump tiene otras propiedades en Palm Beach, recuerda el Palm Beach Post, lo que no les impediría alojarse allí si el municipio tuviera en consideración el pedido del abogado.

Fuente: EFE