En la carrera contra el cambio climático, científicos de la Universidad de Harvard proponen que la disminución de la luz solar podría enfriar el planeta.

Con esta premisa en mente, el ambicioso proyecto consiste en lanzar un enorme globo a la estratosfera con 600 kg de carbonato cálcico, o tiza, que se rociará a 19 kilómetros por encima de la superficie de la Tierra. Los científicos observarán cómo las partículas de polvo interactúan con la atmósfera. Es un proceso conocido como geoingeniería solar.

Esto podría introducirse en modelos informáticos para determinar lo que ocurriría si alguna vez se llevara a cabo a escala.

El director del proyecto, Frank Keutsch, declaró a The Times que quiere determinar los verdaderos efectos, ya que los modelos actuales “pueden ser demasiado optimistas” y hacer que la técnica parezca atractiva.

En teoría, la tiza reflejaría la luz solar y, a su vez, frenaría el calentamiento global. Algunos expertos predicen que el cielo también pasaría de ser azul a blanco durante las horas de luz.

Primera prueba
La primera prueba del proyecto, respaldado, entre otros, por el magnate Bill Gates, podría tener lugar en junio. Despegará desde la ciudad de Kiruna, en Suecia. El Grupo Keutsch de Harvard considera que este país tiene “trayectorias de vuelo prometedoras y una gran experiencia en el lanzamiento de globos científicos”.

Anunciada inicialmente en diciembre de 2020, el experimento costará supuestamente unos 20 millones de dólares (16,8 millones de euros).

Fuertes críticas al proyecto
La idea ha sido muy criticada desde su inicio. Sir David King, de la Universidad de Cambridge, declaró a The Times que debería haber una moratoria en la aplicación de esta técnica. Afirmó que podría ser desastrosa para los sistemas meteorológicos de un modo que nadie puede predecir, por lo que los datos deberían recopilarse mediante modelos y otras técnicas.

Muchos otros temen que el proyecto pueda socavar los compromisos internacionales para actuar en el marco del acuerdo climático de París de 2015.

Por su parte, el director del proyecto, Frank Keutsch, dijo que eso es exactamente lo que están haciendo con esta prueba. Enviar una pluma lo suficientemente pequeña como para no causar un problema, pero lo suficiente como para alimentar la modelización.

David Keith, miembro del equipo de estudio, dijo que la idea era utilizar la técnica junto con otras medidas, más que como una solución en sí misma.

Añadió que así “el mundo ganaría algo de tiempo” mientras se aborda el problema de la contaminación en general, incluida la búsqueda de tecnologías que puedan extraer el carbono de la atmósfera.

Gates: “Diferentes caminos” para la solución climática
El proyecto “no es una solución al cambio climático”, dijo, por su parte, Gates a Euronews, “como mucho, retrasaría el problema 10 o 15 años mientras nos deshacemos de las fuentes de emisión”.

Y añadió: “Pero cuando te enfrentas a este problema catastrófico, probar qué caminos son un callejón sin salida y cuáles no, tenemos que ponernos en marcha”.

Esta no sería la primera vez que se lanzan globos al espacio. En 2019 se lanzaron alrededor de 300 globos estratosféricos en todo el mundo con otros fines científicos, según los responsables del SCoPEx (Stratospheric Controlled Perturbation Experiment) de Harvard.

De hecho, los globos estratosféricos vuelan con regularidad. El programa Loon de Google lanzó al menos 35 globos este año, buscando construir una nueva capa de tecnología de conectividad en la estratosfera para ampliar el acceso a internet en todo el mundo.

FEW (The Times, euronews, Forbes)