La pandemia de coronavirus y la crisis de los microchips están golpeando de manera contundente a la industria automovilística mundial y están provocando que las ventas de la mayoría de las marcas estén siendo afectadas.

No obstante, hay algunos fabricantes que se han librado de esta tendencia y que han sabido (o podido) capear este temporal con nota. Rolls-Royce es un ejemplo de ello.

5.586 Rolls-Royce para clientes de más de 50 países
Las ventas de coches premium y de lujo han crecido de forma más generalizada en mercados como China y Estados Unidos, ya que las restricciones a los viajes por la pandemia han dejado a los consumidores con más posibles con más dinero para gastar.

Y de esto se ha “aprovechado” el fabricante de coches de lujo Rolls-Royce, perteneciente al Grupo BMW, que ha anunciado que sus ventas se dispararon un 49 por ciento hasta alcanzar un récord en 2021.

Según los datos que ha hecho públicos el consejero delegado de Rolls-Royce, Torsten Muller, Rolls-Royce vendió 5.586 vehículos a clientes en más de 50 países, el mayor número en sus 117 años de historia.

«En el sector del lujo en general, la lucha no se centró tanto en intentar encontrar clientes, sino en producir suficiente producto para satisfacer la enorme demanda de los clientes», ha explicado Muller, que ha recalcado que las ventas de la marca británica alcanzaron récords históricos en la mayoría de las regiones, incluidas China y América.

«El virus ha obligado a mucha gente a quedarse en tierra, a no viajar más, y por eso hay bastante riqueza acumulada que se gasta en bienes de lujo«, ha apuntado Muller. «Nos beneficiamos de esa evolución».

El máximo responsable de Rolls-Royce ha confirmado que la planta británica del fabricante en Goodwood está funcionando casi al máximo de su capacidad y que sus pedidos están completos hasta bien entrado el tercer trimestre de 2022. «Si se pide un Rolls-Royce hoy, se espera recibirlo dentro de un año», ha concluido.

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