Rusia anunció el sábado que suspenderá la aplicación de un acuerdo sobre cereales auspiciado por la ONU, por el cual fue posible exportar más de 9 millones de toneladas de granos desde Ucrania durante la guerra y que ha hecho bajar los precios mundiales de los alimentos.
El Ministerio de Defensa ruso citó, como motivo de la medida un supuesto ataque ucraniano con drones contra los barcos de la Flota Rusa del Mar Negro atracados frente a la costa de la ocupada península de Crimea, que según Rusia tuvo lugar a primera hora del sábado. Ucrania ha negado haber realizado el ataque, afirmando que los rusos manejaron inadecuadamente sus propias armas.
La declaración rusa se produjo un día después de que el director de la ONU, Antonio Guterres, exhortara a Rusia y Ucrania a renovar el acuerdo de exportación de cereales. Guterres también instó a otros países, principalmente occidentales, a acelerar la eliminación de los obstáculos que bloquean las exportaciones rusas de cereales y fertilizantes.
El jefe de la ONU dijo que el acuerdo sobre cereales —patrocinado por la ONU y Turquía en julio y que expira el 19 de noviembre— ha ayudado a “amortiguar el sufrimiento que esta crisis mundial del costo de la vida está infligiendo a miles de millones de personas”, agregó su portavoz.
Los funcionarios de la ONU estaban en contacto con las autoridades rusas sobre la suspensión anunciada, añadió el portavoz Stephane Dujarric.
El Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia acusó el sábado a especialistas británicos de estar implicados en el supuesto ataque con drones a barcos rusos en Crimea. El Ministerio de Defensa británico no hizo comentarios inmediatos. El ministro de Asuntos Exteriores de Ucrania, Dmytro Kuleba, usó Twitter el sábado para acusar a Rusia de jugar “a los juegos del hambre” poniendo en peligro los envíos mundiales de alimentos.
El jefe de la oficina presidencial ucraniana, Andriy Yermak, denunció la suspensión rusa como un “chantaje primitivo”.
El ministro de Agricultura de Rusia dijo que Moscú está dispuesto a “sustituir totalmente el grano ucraniano y suministrarlo a precios asequibles a todos los países interesados”. En declaraciones recogidas por el canal de televisión estatal Rossiya 24, Dmitry Patrushev dijo que Moscú estaba dispuesto a “suministrar gratuitamente hasta 500.000 toneladas de grano a los países más pobres en los próximos cuatro meses”, con la ayuda de Turquía.
Momentos antes el sábado, Ucrania y Rusia ofrecieron versiones distintas sobre el presunto ataque con drones en Crimea, en el que al menos un barco ruso sufrió daños en el puerto de la península ucraniana anexionada por Moscú en 2014.
El Ministerio de Defensa ruso afirmó que un dragaminas sufrió “daños menores” durante el supuesto ataque ucraniano previo al amanecer contra buques de la Armada rusa y barcos civiles anclados en Sebastópol, que alberga el cuartel general de la Flota del Mar Negro de Rusia. Las fuerzas rusas habían “repelido” 16 drones atacantes, según el ministerio.
Pero un asesor del Ministerio del Interior ucraniano afirmó que una “manipulación descuidada de explosivos” había causado estallidos en cuatro buques de guerra de la Flota del Mar Negro de Rusia. Anton Gerashchenko escribió en Telegram que los buques incluían una fragata, un buque de desembarco y un barco que transportaba misiles de crucero utilizados en un mortífero ataque en julio contra una ciudad del oeste de Ucrania.
En otros acontecimientos el sábado, las tropas rusas sacaron a un gran número de compañeros enfermos y heridos de los hospitales de la región de Jersón, en el sur de Ucrania, informaron el sábado los militares ucranianos, mientras sus fuerzas luchaban por liberar una provincia invadida por los soldados invasores a principios de la guerra.
Las autoridades instaladas por el Kremlin en la región mayoritariamente ocupada por Rusia instaron previamente a los civiles a abandonar la ciudad de Jersón, la capital de la región del mismo nombre. También se informó que las autoridades designadas por Moscú en Jersón abandonaron la ciudad, uniéndose a decenas de miles de residentes que huyeron a otras áreas controladas por Rusia antes de un esperado avance de las fuerzas ucranianas.
“Continúa la llamada evacuación de invasores del territorio temporalmente ocupado de la región de Jersón, incluso en instituciones médicas”, anunció el Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Ucrania en un reporte matutino. “Todo el equipo y los medicamentos están siendo retirados de Hospitales de Jersón”, agregó.
No fue posible verificar de forma independiente las afirmaciones de los militares. El presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenskyy, también aseguró en un discurso televisado el viernes por la noche que los rusos estaban “desmantelando todo el sistema de atención médica” en Jersón y otras áreas ocupadas.
“Los ocupantes han decidido cerrar instituciones médicas en las ciudades, llevarse equipos, ambulancias. Simplemente, todo”, declaró Zelenskyy. “Presionaron a los médicos que aún permanecían en las áreas ocupadas para que se trasladaran a territorio ruso”.
Jersón es una de las cuatro regiones de Ucrania que el presidente ruso, Vladimir Putin, anexionó ilegalmente el mes pasado y donde posteriormente declaró la ley marcial. Las otras son Donetsk, Luhansk y Zaporiyia.
Mientras las fuerzas ucranianas buscaban avances en el sur, Rusia continuó con su campaña de cañoneos y ataques con misiles en el este del país, aseguraron el sábado las autoridades ucranianas. Tres civiles murieron el último día y ocho más resultaron heridos en la región de Donetsk, que nuevamente se ha convertido en un punto crítico en el frente de batalla mientras los soldados rusos intentan capturar la ciudad de Bakhmut.
Este artículo fue publicado por primera vez en Los Angeles Times en Español.