Fuerzas rusas atacaban el domingo una planta siderúrgica que albergaba la última bolsa de resistencia en Mariúpol, una ciudad en el sur de Ucrania que lleva seis semanas cercada y cuya captura contribuiría a los planes de Moscú de una ofensiva a gran escala en el este del país.

Los últimos combatientes ucranianos en Mariúpol se negaron a rendirse, y el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenskyy, dijo que Rusia “intenta de forma deliberada destruir a todos los que están allí”. Añadió que Ucrania necesita de inmediato más armas pesadas de Occidente para tener posibilidades de salvar la ciudad portuaria en el Mar de Azov.

“O nuestros socios dan a Ucrania todas las armas pesadas y los aviones necesarios, y sin exageración de inmediato, para que podamos reducir la presión de los ocupantes sobre Mariúpol y romper el bloqueo”, dijo, “o podemos hacerlo con negociaciones, en las que el papel de nuestros socios debe ser decisivo”.

Zelenksyy había dicho antes a periodistas ucranianos que el asedio continuado sobre Mariúpol, que ha supuesto un espantoso coste para los civiles atrapados y hambrientos, podría frustrar los intentos de negociar el final de la guerra.

Un vocero del Ministerio ruso de Defensa dijo el sábado que las fuerzas ucranianas habían sido expulsadas de la mayoría de la ciudad y sólo permanecían en la planta de acero de Azovstal, donde los túneles permiten a los defensores esconderse y resistir hasta quedarse sin munición.

Los rusos ya controlan lo que queda de la ciudad tras semanas de bombardeos. Atacar la siderúrgica para tomar lo demás forma parte de las preparaciones rusas para el ataque previsto en el este de Ucrania.

Capturar Mariúpol permitiría a las fuerzas rusas en el sur, que llegaron desde la anexionada Península de Crimea, reunirse con las tropas en la región del Donbás, el corazón industrial en el este de Ucrania y el blanco de la anticipada ofensiva rusa.

La viceministra ucraniana de Defensa, Hanna Malyar, dijo el domingo que los defensores de Mariúpol han frenado a las considerables fuerzas rusas que sitian la ciudad. La funcionaria describió Mariúpol como “un escudo que defiende Ucrania” e impide que las tropas rusas que rodean la ciudad avancen hacia otras zonas del país.

Los rusos continúan los ataques aéreos sobre Mariúpol y podrían preparar un desembarco anfibio para reforzar su contingente en la ciudad, añadió Malyar.

Entre tanto, se produjeron ataques dispersos rusos en otras partes del país, un explosivo recomendatorio a los ucranianos y sus aliados occidentales sobre que todo el país permanece bajo la amenaza de una invasión en su octava semana.

Tras no haber logrado tomar la capital de Ucrania y la humillante pérdida del barco insignia de su flota del Mar Negro, el comando militar ruso prometió redoblar sus ataques de misiles contra la capital, Kiev. Los rusos dijeron haber alcanzado una planta de vehículos blindados el sábado, al día siguiente de atacar una planta de misiles.

El alcalde de Kiev, Vitali Klitschko, dijo que una persona había muerto y varias resultaron heridas en el ataque del sábado. Recomendó a los residentes que huyeron antes de la ciudad que no regresaran.

“No hemos descartado nuevos ataques sobre la capital”, dijo. “Si tienen la oportunidad de quedarse un poco más en las ciudades donde es más seguro, háganlo”.


Chernov reportó desde Járkiv. Yesica Fisch en Kramatorsk, Ucrania, Robert Burns en Washington y periodistas de Associated Press en todo el mundo contribuyeron a este despacho.