El ministro ruso de Exteriores rechazó el domingo la afirmación británica de que Rusia quiere reemplazar al gobierno de Ucrania por otro afín a Moscú y que se estaba considerando al exparlamentario ucraniano Yevheniy Murayev como posible candidato.

La Oficina británica de Exteriores también señaló el sábado a varios políticos ucranianos que según dijo tenían lazos con los servicios rusos de inteligencia, junto con Murayev, que lidera un pequeño partido prorruso sin representación parlamentaria.

El gobierno británico dijo que sus afirmaciones se basaban en información de inteligencia y no presentó pruebas para respaldarlas. Las tensiones entre Moscú y Occidente en torno a los planes rusos para Ucrania han subido en las últimas semanas.

“La desinformación difundida por la Oficina británica de Exteriores es una prueba más de que son los países de la OTAN liderados por los anglosajones, los que están subiendo la tensión en torno a Ucrania”, indicó el domingo la vocera del Ministerio ruso de Exteriores Maria Zakharova en la plataforma de mensajes Telegram “Pedimos a la Oficina británica de Exteriores que detenga la actividad provocadora, deje de difundir tonterías”.

La secretaria británica de Exteriores, Liz Truss, dijo que la información “arroja luz sobre el alcance de la actividad rusa diseñada para socavar a Ucrania, y es un indicador de la deliberaciones del Kremlin”.

Truss instó a Rusia a “desescalar, poner fin a sus campañas de agresión y desinformación y seguir una vía diplomática”, y reiteró la postura británica de que “cualquier incursión rusa en Ucrania sería un enorme error estratégico con graves costes”.

Gran Bretaña ha enviado armas antitanque a Ucrania dentro de los esfuerzos por redoblar sus defensas ante un posible ataque ruso.

En medio de los esfuerzos diplomáticos para desactivar la crisis, estaba previsto que el secretario británico de Defensa, Ben Wallace, se reuniera en Moscú con el ministro ruso de Defensa, Sergei Shoigu. No se había fijado una fecha para el encuentro, que sería el primer diálogo bilateral de defensa entre Moscú y Londres desde 2013.

Estados Unidos ha emprendido una agresiva campaña en los últimos meses para unificar a sus aliados europeos contra una nueva invasión rusa en Ucrania. La Casa Blanca describió las acusaciones del gobierno británico como “muy preocupantes” y expresó su apoyo al gobierno electo de Ucrania.

“Esta clase de trama es muy preocupante”, dijo la vocera del Consejo de Seguridad Nacional Emily Horne. “El pueblo ucraniano tiene derecho soberano a determinar su propio futuro, y apoyamos a nuestros socios elegidos de forma democrática en Ucrania”.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, pasó el sábado en la finca presidencial de Camp David, a las afueras de Washington, reunido con su equipo de seguridad nacional para tratar la situación en Ucrania. Las conversaciones incluyeron esfuerzos de desescalar la situación con diplomacia y con medidas disuasorias que se coordinaban de cerca con socios y aliados, lo que incluía asistencia de seguridad a Ucrania.


Jill Lawless en Londres, Jari Tanner en Helsinki y Matthew Lee y Zeke Miller en Washington, contribuyeron a este despacho.