Rusia se preparaba el martes para maniobras militares en Siria, despachando bombarderos con capacidad nuclear y jets con misiles hipersónicos a la base que tiene en ese país.

El ministro ruso de Defensa Sergei Shoigu llegó a Siria para supervisar las maniobras, que forman el mayor despliegue militar ruso en Medio Oriente desde los tiempos de la Guerra Fría.

Shoigu se reunió el martes con el presidente sirio Bashar Assad para informarle de las maniobras y discutir posibilidades de afianzar la cooperación técnico-militar.

El Ministerio de Defensa de Rusia dijo que en las maniobras en el este del Mediterráneo participarán 15 buques de guerra y unas 30 aeronaves.

Añadió que son parte de unas amplias maniobras navales que empezaron el mes pasado a fin de prepararse para “proteger los intereses nacionales” y “eliminar amenazas militares contra la Federación Rusa”.

Bombarderos Tu-22M3, que tienen capacidad de cargar armas nucleares, y jets MiG-31 con misiles hipersónicos Kinzhal aterrizaron en la base rusa de Hemeimim en la provincia siria de Latakia.

Rusia dice que los misiles Kinzhal tienen un alcance de 2.000 kilómetros (1.250 millas) y vuelan 10 veces más rápido que la velocidad del sonido, lo que los hace difícil de interceptar.

El despliegue de los misiles Kinzhal parece ser parte de un intento de Rusia de dejar clara su capacidad de alcanzar a la flota que Estados Unidos tiene en el Mediterráneo.

El comandante de la Marina rusa le reportó a Shoigu que las maniobras incluirán prácticas de tiro contra buques enemigos, indicó el Ministerio de Defensa de Rusia.

La base Hemeimim ha servido como el principal punto militar de Rusia en Siria, donde ha librado una campaña militar desde septiembre de 2015 para ayudar al presidente Assad a mantenerse en el poder tras una devastadora guerra civil.

Rusia también ha ampliado y modificado una base naval en el puerto sirio de Tartus, la única instalación de su tipo que Rusia tiene afuera de lo que era la Unión Soviética.

Los planes de realizar las maniobras navales en Siria demuestran el aumento de la presencia militar rusa en la región, en medio de las mayores tensiones entre Rusia y Occidente desde la Segunda Guerra Mundial.