Por Ken Dilanian – NBC News

WASHINGTON – A pesar de las repetidas afirmaciones de altos funcionarios de la Administración Trump de que China buscó perjudicar al entonces presidente Donald Trump en las elecciones de 2020, una investigación de la comunidad de inteligencia recientemente desclasificada encontró que China no buscó influir en los resultados de esa elección.

Esa es quizás la revelación más interesante de un resumen sobre la interferencia electoral que asegura lo que el Gobierno ya le había estado diciendo al público: que no hubo agentes rusos que hackearan la infraestructura electoral, pero sí dicen que el presidente ruso Vladimir Putin autorizó “operaciones de influencia destinadas a denigrar la candidatura del presidente Joe Biden y al Partido Demócrata, apoyar al expresidente Trump, socavar la confianza pública en el proceso electoral y exacerbar las divisiones sociopolíticas en Estados Unidos”.

China, por otro lado, “consideró pero no desplegó esfuerzos de influencia destinados a cambiar el resultado de las elecciones presidenciales de Estados Unidos”, dice la evaluación, señalando que las agencias de inteligencia tienen “gran confianza en este juicio”.

“China buscó estabilidad en su relación con Estados Unidos, pero no consideró que ninguno de los resultados de las elecciones fuera lo suficientemente beneficioso para que China se arriesgara a ser atrapada entrometiéndose”, dice la investigación.

Esto contradice las declaraciones del año pasado de los funcionarios de la Administración Trump, el director de Inteligencia Nacional John Ratcliffe, el exfiscal general William Barr y el asesor de Seguridad Nacional Robert O’Brien, de que China estaba interfiriendo en las elecciones para perjudicar a Trump.

Un miembro de la comunidad de inteligencia, el oficial de inteligencia nacional cibernética, discrepó con esa conclusión y argumentó que China sí llevó a cabo algunas tácticas en línea para atacar a Trump. Pero la evaluación general no respalda esa conclusión.

La investigación no encontró indicios de que ningún actor extranjero hubiera intentado hackear o comprometer algún aspecto técnico del proceso de votación en las elecciones de 2020, es decir, lo que respecta al software, máquinas de votación, tabulación de votos o datos de la registración de votantes.

La evaluación además dice que Irán trabajó para perjudicar a Trump.

“Encontarmos que Irán llevó a cabo una campaña de influencia encubierta de múltiples frentes destinada a socavar las perspectivas de reelección del expresidente Trump (aunque sin promover directamente a sus rivales), socavar la confianza pública en el proceso electoral y en las instituciones estadounidenses, sembrar división y exacerbar las tensiones sociales en Estados Unidos”, dice la investigación.