Un grupo bipartidista de legisladores estadounidenses que incluye a los senadores de Texas, John Cornyn y Ted Cruz, denuncia que México está violando el “espíritu” del nuevo acuerdo comercial entre Estados Unidos y Canadá (T-MEC) al otorgar un trato preferencial a las empresas energéticas estatales.

En una carta enviada al presidente Donald Trump, recuerdan que “México es el mercado de exportación más grande de productos petrolíferos de EU y es un mercado de exportaciones de gas natural. De hecho, las exportaciones estadounidenses de productos refinados a México se han triplicado”.

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En la misiva acusan que el Gobierno mexicano está protegiendo a Pemex y a la CFE, al mismo tiempo que cancela los contratos de las empresas energéticas estadounidenses.

“Un mercado energético integrado de América del Norte beneficia al combustible de EU, fabricantes, trabajadores y, en última instancia, consumidores mexicanos. Tras las reformas constitucionales de 2014 de México que permitieron la participación privada en el sector energético, las empresas estadounidenses invirtieron miles de millones de dólares para desarrollar infraestructura energética en México y Estados Unidos para importar combustible de nuestras refinerías para satisfacer la demanda mexicana”, señalan.

Asimismo, aseguran que “estas inversiones resultaron en factores positivos, como el desarrollo de infraestructura y el empleo, y generación a ambos lados de la frontera. A pesar de este progreso, informes recientes indican que el Gobierno mexicano está otorgando tratamiento regulatorio para Petróleos Mexicanos (Pemex) y postergación o cancelación total permisos para empresas energéticas estadounidenses”.


Los congresistas aseguran que “estos esfuerzos violan y contradicen el espíritu, si no la letra, del T-MEC, un acuerdo entre cuyos principales objetivos son promover el crecimiento entre los países participantes; por lo tanto, nosotros estamos profundamente preocupados de que estas acciones demuestren un patrón de obstrucción y lo instamos a encontrar una resolución con el gobierno de México para mantener las condiciones actuales del mercado energético”.

Concluyen que “la reforma del marco regulatorio proporciona, junto con certeza y equidad para las empresas estadounidenses operando y compitiendo en México”.