McALLEN, Texas, EE.UU. (AP) — Texas ha puesto a disposición del gobierno federal un terreno rural a lo largo de la frontera con México para utilizarlo como área de maniobras para las posibles deportaciones masivas que se tienen previstas durante el gobierno del virtual presidente electo Donald Trump.

La propiedad, que Texas compró el mes pasado, está ubicada en una zona rural del condado de Starr en Rio Grande Valley. Dawn Buckingham, la comisionada de Tierras de Texas, le envió una carta a Trump el 14 de noviembre en la que presentó la oferta.

“Sabemos por canales no oficiales que lo están analizando y tomando en cuenta. Pero sólo queremos que sepan que somos un buen socio. Estamos aquí. Queremos ayudar”, dijo Buckingham a The Associated Press en una entrevista el miércoles.

La propiedad no tiene caminos pavimentados y se encuentra en un condado en el que sólo hay un hospital público y recursos locales limitados. Sin embargo, Buckingham enfatizó su ubicación.

“Creemos que está muy bien ubicado. El terreno es muy plano allí. Está cerca de importantes aeropuertos. También junto a un puente que cruza el río”, dijo Buckingham. “Entonces, si es útil, me encantaría asociarme con el gobierno federal. Y si no lo es, continuaremos buscando la manera de ayudarlos”.

La oferta del terreno es el más reciente ejemplo de una marcada división entre los estados y los gobiernos locales sobre si apoyar o combatir los planes de Trump de llevar a cabo deportaciones masivas de migrantes que viven sin autorización en Estados Unidos. El martes, el concejo municipal de Los Ángeles aprobó mediante una votación convertirse en una jurisdicción “santuario”, decisión con la que se limita la cooperación con las autoridades federales de inmigración para llevar a cabo deportaciones.

Desde hace tiempo, Texas se ha mostrado a favor de implementar medidas agresivas en la frontera para frenar los cruces, incluida la instalación de alambre de púas y la aprobación de una ley el año pasado que permitiría a las fuerzas policiales arrestar a migrantes que cruzan la frontera ilegalmente.

“Al ofrecer esta propiedad recién adquirida de 1.400 acres (566 hectáreas) al gobierno entrante de Trump para la construcción de una instalación para el procesamiento, detención y coordinación de lo que será la mayor deportación de criminales violentos en la historia de nuestra nación, me uno (a las labores) del presidente Donald Trump para garantizar que las familias estadounidenses están protegidas”, dijo Buckingham en un comunicado.

Trump ha dicho que planea comenzar sus labores de deportación desde el primer día de su presidencia. Atacó frecuentemente la inmigración ilegal durante su campaña, vinculando un aumento récord en los cruces fronterizos no autorizados a problemas que van desde el tráfico de drogas hasta los altos precios de la vivienda.

Se estima que hay 11 millones de personas que están en el país sin autorización. Aún persisten dudas sobre cómo se identificaría a las personas y dónde serían detenidas.

El equipo de transición de Trump no dijo si aceptaría la oferta de Texas, pero envió un comunicado.

“Desde el primer día, el presidente Trump movilizará todas sus herramientas a disposición para resguardar la frontera, proteger a sus comunidades y lanzar la mayor operación de deportación de criminales inmigrantes ilegales en la historia”, dijo el miércoles Karoline Leavitt, la portavoz del equipo de transición.

La Oficina General de Tierras de Texas no reveló el monto que se pagó por el terreno, pero la comisionada declaró que el propietario anterior se opuso a la construcción de un muro fronterizo.

El gobernador Greg Abbott ordenó en 2021 la construcción de un tramo de 2,4 kilómetros (1,5 millas) de muro fronterizo en ese terreno. Buckingham dijo que con la reciente compra, el estado ha creado una nueva posibilidad para ampliar la construcción del muro fronterizo.