Managua, 26 dic (EFE).- Activistas de derechos humanos y opositores nicaragüenses consideraron este viernes “como un cuento de hadas” y “un chiste de mal gusto” la nueva ley que inhabilitará las candidaturas a cargos de elección popular a aquellos que aplaudan la imposición de sanciones contra el Estado y sus ciudadanos, que además serán considerados “traidores a la patria”.

Parece una norma “salida de un cuento de hadas”, dijo a Efe el activista de derechos humanos nicaragüense Juan Carlos Arce.

Para Arce, del ONG Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca Más, la “Ley de defensa de los derechos del pueblo a la independencia, la soberanía y autodeterminación para la paz”, es una norma “que bien podría aparecer” en la novela de fantasía “Alicia en el País de las Maravillas”, una obra de Lewis Carroll, seudónimo del matemático y escritor británico Charles Lutwidge Dodgson, publicada en 1865.

Con la inhibición de candidaturas por aplaudir sanciones, el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, “deja en evidencia la vocación totalmente arbitraria de su Gobierno”, consideró el activista.

Durante una sesión extraordinaria, la mayoría sandinista que controla la Asamblea Nacional (Parlamento) aprobó el lunes con carácter urgente una ley que inhibirá las candidaturas de aquellos nicaragüenses que, entre otros, aplaudan la imposición de sanciones contra el Estado y sus ciudadanos.

Estados Unidos, Canadá, la Unión Europea, y el Reino Unido han sancionado, por separado, a una veintena de allegados a Ortega en el marco de la crisis sociopolítica que vive Nicaragua desde abril de 2018 y que ha dejado cientos de muertos y decenas de miles en el exilio.

FSLN PIDIÓ SANCIONES PARA DERROCAR A SOMOZA

“Es un chiste de mal gusto”, dijo, por su lado, el dirigente opositor Félix Maradiaga, que calificó como ridículo prohibir optar a cargos de elección popular a aquellos que aplaudan las sanciones.

“Y se hacen los de a peso (tontos), queriendo ignorar que cuando el Frente Sandinista (de Liberación Nacional, FSLN) y sus aliados querían derrocar a (Anastasio) Somoza (Debayle, en 1979), recorrieron el mundo pidiendo sanciones, porque perfectamente saben que las sanciones son un método de lucha no violenta”, recordó.

“Es una muestra más de la hipocresía que les caracteriza” a los sandinistas, agregó Maradiaga.

Para el activista Arce, “es evidente que la dictadura ya decidió llevar a nivel de política de Estado la premisa” del fallecido “comandante de la revolución” Tomás Borge, que dijo a los militantes sandinistas “de que se van a mantener en el poder a costa de lo que sea”.

“Todo puede pasar, menos que el Frente Sandinista entregue el poder”, sentenció en vida.

“La ley de las inhibiciones es realmente otro atropello más del dictador Daniel Ortega”, opinó, por su lado, el dirigente opositor y empresario Juan Sebastián Chamorro, para quien esa norma “está claramente dirigida contra la oposición”.

Los sandinistas sostienen que esa ley está fundamentada en el artículo 1 de la Constitución, que se refiere a que “la independencia, la soberanía y la autodeterminación nacional son derechos irrenunciables del pueblo y fundamentos de la nación nicaragüense”.

Los opositores buscan cómo derrotar a los sandinistas, dirigidos por Ortega, de 75 años, que en enero cumplirá 14 años consecutivos en su segunda etapa como presidente de Nicaragua, tras coordinar una Junta de Gobierno de 1979 a 1985, y presidir por primera vez el país de 1985 a 1990.

Nicaragua tiene previsto celebrar elecciones generales el 7 de noviembre de 2021.