Así lo transmitió el negociador comunitario, Michel Barnier, durante una reunión con los embajadores de los Veintisiete celebrada este martes para abordar el estado de las conversaciones con Londres. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, no quiere que la UE deje la mesa de negociación, y Barnier trasladó a los diplomáticos que Bruselas está dispuesta a seguir conversando con el equipo británico hasta el final de 2020 e incluso más allá.

En ese sentido, comunicó que el Reino Unido ha entendido que los Veintisiete no se van a dejar presionar por el tiempo. El próximo 1 de enero la legislación comunitaria habrá dejado de aplicarse en territorio británico y el Reino Unido se habrá convertido de manera definitiva en un país tercero. Para evitar un escenario sin acuerdo a principios de 2021, las dos partes deberían cerrar el pacto antes de fin de año.

El Parlamento Europeo ya da por imposible ratificar un posible acuerdo este mes, por lo que, si finalmente se logra el consenso en 2020, el texto se podría aplicar de manera provisional los primeros días de 2021, hasta que la Eurocámara dé su consentimiento.

Si Londres y Bruselas no pactan un texto antes del 1 de enero, las negociaciones podrían continuar en el nuevo año, como planteó Barnier, pero hasta que alcanzaran un acuerdo los intercambios comerciales entre las dos partes se regirían por las normas de la Organización Mundial del Comercio (OMC), menos ventajosas.

Por tanto, la UE y el Reino Unido harían frente a un Brexit sin pacto limitado en el tiempo, hasta que consiguieran un acuerdo y ese documento entrara en vigor. En la reunión de hoy, varios Estados miembros advirtieron de que no lograr el acuerdo en 2020 y seguir dialogando el año próximo podría ser arriesgado, pues no hay certidumbre sobre si Londres permanecería en la mesa de negociación o se retiraría durante un tiempo.

Barnier destacó que es preferible no firmar un mal acuerdo y esperar un poco si es necesario para tener un pacto de calidad. De todas formas, insistió en que en este momento no puede decir si se conseguirá un convenio o no, aunque constata la determinación de las dos partes para alcanzarlo.

La pesca entre Inglaterra y Francia, la manzana de la discordia.

En la actualidad, el principal punto pendiente de las negociaciones es la pesca y Barnier calificó de “inaceptable” la última propuesta británica para resolver esa cuestión. El pasado fin de semana, la Unión Europea planteó reducir un 25 % las cuotas pesqueras de la flota comunitaria en las aguas británicas tras una transición de seis años.

Sin embargo, el Reino Unido ha respondido con otra propuesta que defiende recortar las cuotas pesqueras un 35 % sin tener en cuenta las especies pelágicas (aquellas que nadan cerca de la superficie) y hasta un 60 % si se incluyen esas especies, tras una transición de tres años.

Ese plan no hace referencia a las aguas territoriales situadas a entre seis y doce millas de la costa británica en las que pescan algunos países. La propuesta británica, en cualquier caso, es “inaceptable” para la UE, sentenció Barnier.

Agencias