Los estadounidenses aceleraron su ritmo de gasto en enero, a medida que se desvaneció la amenaza de la variante ómicron del coronavirus y se alivió un poco la escasez de suministros.

Las ventas minoristas aumentaron un 3,8% el mes pasado, superando las proyecciones de la mayoría de los economistas. Eso en comparación con el mes anterior, cuando las ventas cayeron 2,5%, según las cifras revisadas publicadas el miércoles por el Departamento de Comercio de Estados Unidos.

El aumento de la inflación probablemente elevó aún más las cifras en enero.

Las ventas minoristas aumentaron en todo el espectro. En las tiendas de mercancía general aumentaron 3,6%, mientras que en las tiendas departamentales crecieron 9,2%. Las ventas en las tiendas de muebles y artículos para el hogar subieron 7,2%. El comercio en línea creció 14,5%. Sin embargo, en los restaurantes las ventas bajaron 0,9% respecto del mes anterior, probablemente porque los consumidores se abstuvieron de salir a comer por temor a contraer el virus. Las ventas de gasolina también cayeron 1,3% el mes pasado.

Lo que está aumentando es la inflación, alcanzando niveles no vistos en cuatro décadas, lo que está erosionando los incrementos salariales y podría provocar una respuesta más contundente de la Reserva Federal, que se espera que comience a aumentar las tasas de interés para enfriar la economía.

Los precios al consumidor se dispararon a una tasa anual de 7,5% el mes pasado en comparación con enero de 2021, el aumento anual más pronunciado desde febrero de 1982.

El informe del miércoles abarca solo un tercio del gasto total del consumidor y no incluye servicios como cortes de cabello, estadías en hoteles y boletos de avión.