El presidente de Ucrania indicó que está dispuesto a realizar conversaciones de paz con Rusia, suavizando su negativa previa a negociar mientras el presidente ruso Vladimir Putin esté en el poder, pero mantuvo las demandas de Kiev.

El llamado del presidente Volodymyr Zelenskyy a la comunidad internacional el lunes por la noche para que “fuerce a Rusia a conversaciones reales de paz” reflejó un cambio de la retórica de un hombre que en septiembre firmó un decreto en el que declaró “la imposibilidad de realizar conversaciones” con Putin. Pero como sus precondiciones parecen ser inaceptables para el Kremlin, es difícil ver cómo los nuevos comentarios de Zelenskyy vayan a lograr conversaciones.

Zelenskyy reiteró que sus condiciones para el diálogo eran la devolución de todos los territorios ucranianos ocupados, compensaciones por los daños causados por la guerra y el enjuiciamiento de crímenes de guerra.

El armamento y la ayuda occidentales han sido claves para la capacidad de Ucrania de combatir la invasión de Rusia, que algunos inicialmente esperaban iba a avanzar rápidamente por el país con relativa facilidad. Eso significa que Ucrania no puede ignorar cómo es vista la guerra en Estados Unidos y la Unión Europea, de acuerdo con el analista político Volodymyr Fesenko.

“Zelenskyy está tratando de maniobrar porque la premisa de las negociaciones no obliga a Kiev a hacer nada, pero hace posible mantener el respaldo de sus socios occidentales”, dijo Fesenko, jefe del centro de estudios Penta, con sede en Kiev.

“Un rechazo categórico a realizar negociaciones beneficia al Kremlin, así que Zelenskyy está cambiando su táctica y habla sobre la posibilidad de un diálogo, pero con condiciones que lo dejan todo bien claro”, añadió.

Aunque el apoyo a Ucrania ha ganado un fuerte respaldo bipartidista en el Congreso estadounidense, una creciente oposición conservadora pudiera complicarlo el año próximo si los republicanos recuperan el control de la Cámara de Representantes en las elecciones de este martes.

Comentarios recientes del líder republicano Kevin McCarthy, en los que dijo que los legisladores no le iban a dar “un cheque en blanco” a Ucrania, han reflejado claramente el creciente escepticismo en el partido sobre el costo de respaldar a Kiev.