KIEV, Ucrania — Después de que su país ganara Eurovisión, el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenskyy, se mostró desafiante y prometió el domingo de madrugada que el concurso de canciones se celebraría algún día en la asediada ciudad de Mariúpol, totalmente controlada por Rusia salvo por una planta siderúrgica donde resisten unos pocos cientos de combatientes ucranianos.
La Kalush Orchestra ucraniana ganó el popular certamen con su canción “Stefania”, que se ha convertido en un himno entre los ucranianos durante la guerra, y su victoria fue un impulso a la moral.
“Nuestro valor impresiona al mundo, nuestra música conquista Europa”, dijo Zelenskyy en Facebook. “El año que viene, ¡Ucrania organizará Eurovisión!”.
Durante el concurso, la banda hizo una apasionada llamada a que se envíe ayuda a los combatientes que siguen en la acería de Azovstal en la ciudad portuaria. Zelenskyy dijo que “algún día”, el certamen se celebraría “en una Mariúpol ucraniana”.
Las optimistas palabras del presidente seguían a la retirada de las tropas rusas de Járkiv, la segunda ciudad más grande del país, tras semanas de bombardeos. Las fuerzas de Moscú seguían inmersas en una enconada batalla por el corazón industrial en el este del país, el Donbás.
Es probable que Rusia haya perdido ya un tercio de las fuerzas terrestres de combate que dedicó en febrero a la campaña y sigue sufriendo “un alto nivel de desgaste” sin lograr avances significativos de territorio en el último mes, según indicó el domingo el Ministerio británico de Defensa en su reporte de inteligencia diario.
“La ofensiva rusa en el Donbás ha perdido impulso y se ha retrasado de forma significativa”, dijo el Ministerio en Twitter. Las fuerzas sufren “una baja moral continuada y una efectividad de combate reducida”.
“En las condiciones actuales, es improbable que Rusia acelere de forma drástica su ritmo de avance en los próximos 30 días”, señaló el Ministerio.
En la ciudad occidental de Leópolis, un misil ruso alcanzó “instalaciones de infraestructura militar” el domingo de madrugada, pero no había información inmediata sobre muertos o heridos, indicó el gobernador regional de Leópolis, Maksym Kozytskyy en la app de mensajería Telegram.
Rusia ha atacado instalaciones ferroviarias y otra infraestructura crítica en Leópolis y sus alrededores. La ciudad está cerca de la frontera polaca y ha sido una importante vía de entrada para armas proporcionadas por la OTAN.
Los ataques en la zona no han tenido un impacto apreciable en la capacidad ucraniana de reabastecer a sus tropas, según funcionarios occidentales.
Ahora que las fuerzas rusas se retiran de la ciudad nororiental de Járkiv, el ejército ucraniano dice que Moscú se centra en vigilar sus rutas de suministro al tiempo que emplea morteros, artillería y ataques aéreos en la región oriental de Donestk en un intento de “mermar a las fuerzas ucranianas y destruir fortificaciones”.
El ministro de Defensa, Oleksii Reznikov, dijo que Ucrania “entra en una nueva fase -de largo plazo- de la guerra”.
Las fuerzas rusas controlan ahora un arco de territorio en las zonas ucranianas de Donestk y Luhansk, que forman la región oriental del Donbás, a lo largo de la frontera de la región industrial donde Ucrania combate a separatistas con apoyo ruso desde 2014.
En el sur del Donbás, el puerto de Mariúpol, en el Mar de Azov, está en su mayoría bajo control ruso, salvo por la acería donde resisten unos cientos de tropas.
Un convoy de entre 500 y 1.000 autos con civiles pudo salir de la ciudad y llegar el sábado a Zaporiyia, bajo control Ucraniano, según reportes. La vice primera ministra ucraniana, Iryna Vereshchuk, dijo que las autoridades negociaban la evacuación de 60 combatientes gravemente heridos de la planta siderúrgica.
Tras un intento fallido de tomar Kiev en la invasión iniciada el 24 de febrero, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, se ha centrado en el Donbás y trata de rodear a las tropas ucranianas mejor equipadas y con más experiencia, así como tomar zonas que siguen bajo control de Ucrania.
AP