El ministerio de Salud palestino en Gaza dijo el sábado que al menos 198 personas murieron y mil 610 resultaron heridas en el territorio en un ataque de represalia israelí.

Israel realizó una serie de ataques aéreos en Gaza y se han producido choques con hombres armados en la cerca fronteriza en torno del territorio.

Hamás, el grupo insurgente que gobierna la Franja de Gaza, lanzó al amanecer del sábado un ataque múltiple sin precedentes contra Israel, disparando miles de proyectiles mientras decenas de combatientes cruzaban la protegida frontera por tierra, mar y aire y pillando al país desprevenido en un importante feriado.

Varias horas después del inicio de la invasión, los insurgentes de Hamás seguían librando tiroteos en el interior de varias localidades israelíes, en una sorpresiva demostración de fuerza que conmocionó al país.

El servicio de emergencias israelí reportó que al menos 40 personas fallecieron y cientos más resultaron heridas en la incursión, que es el ataque más letal registrado en suelo israelí en años.

Al menos 561 heridos estaban siendo atendidos en hospitales israelíes, de los cuales al menos 77 estaban en estado crítico, según un conteo de The Associated Press basado en reportes públicos y llamadas a hospitales.

En Gaza no había información oficial sobre bajas, pero reporteros de la AP presenciaron funerales por 15 personas y vieron llegar otros ocho cadáveres a un hospital. No estuvo claro de inmediato si eran combatientes o civiles.

Las redes sociales se llenaron de videos de combatientes de Hamás desfilando por las calles en lo que parecían ser vehículos militares robados y de al menos un soldado israelí muerto dentro de Gaza arrastrado y pateado por una multitud palestina enfurecida al grito de “Dios es grande”.

Videos publicados por Hamás parecían mostrar a al menos tres soldados israelíes capturados con vida. El ejército se negó a ofrecer detalles sobre bajas o secuestros mientras seguía combatiendo a los infiltrados.

“Estamos en guerra”, declaró el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, en un discurso televisado en el que anunció una movilización masiva de reservistas del ejército. “No (en) una ‘operación’, no (en) un ‘asalto’, sino en guerra”.

“El enemigo pagará un precio sin precedentes”, agregó prometiendo que Israel “devolverá el fuego con una magnitud que el enemigo no ha conocido”.

En una reunión con altos cargos de seguridad más tarde en el día, Netanyahu dijo que la principal prioridad era limpiar la zona de infiltrados y, después, “cobrar un precio enorme al enemigo” y proteger otras zonas para que ningún otro grupo insurgente se una a la guerra.

La grave invasión coincide con el Simjat Torá, un día normalmente festivo en el que los judíos completan el ciclo anual de lectura de su libro sagrado, la Torá, y revivió el doloroso recuerdo de la Guerra de Yom Kipur de 1973 casi 50 años después. Entonces, los enemigos de Israel lanzaron un ataque sorpresa en el día más sagrado del calendario judío.

Las comparaciones con uno de los momentos más traumáticos en la historia israelí agudizaron las críticas a Netanyahu y a sus aliados de ultraderecha, que han defendido medidas más agresivas contra las amenazas procedentes de Gaza. Los comentaristas políticos criticaron al gobierno por incapacidad para anticipar lo que parecía un ataque inédito de Hamás por su nivel de planificación y coordinación.

El ejército de Israel atacó objetivos en Gaza en respuesta a los alrededor de 2.500 cohetes que hicieron sonar constantemente las sirenas antiaéreas en lugares tan al norte como Tel Aviv y Jerusalén, a unos 80 kilómetros. Dijo que sus fuerzas libraban tiroteos con insurgentes de Hamás que se habían infiltrado en al menos siete lugares. Los combatientes se colaron por la valla fronteriza e incluso llegaron por aire en parapente, añadió.

La televisión israelí emitió imágenes de explosiones que rompieron la cerca fronteriza, seguidas de lo que parecían ser pistoleros palestinos entrando a suelo israelí en motocicletas. Al parecer, algunos insurgentes se habrían desplazado en camionetas.

No estuvo claro de inmediato qué motivó el operativo de Hamás, que seguramente requirió meses de preparación.

Pero en el último año, el gobierno de ultraderecha de Israel ha acelerado la construcción de asentamientos en la Cisjordania ocupada, la violencia de los colonos ha desplazado a cientos de palestinos que vivían en esas zonas y se han incrementado las tensiones en torno a lugar sagrado para judíos y musulmanes en Jerusalén.

Las naciones occidentales condenaron la incursión de Hamás y reiteraron su apoyo a Israel, mientras que otras pidieron contención a ambas partes.

“Estados Unidos condena de forma inequívoca los ataques no provocados de los terroristas de Hamás contra civiles israelíes”, dijo Adrienne Watson, vocera del Consejo de Seguridad Nacional estadounidense. “Apoyamos firmemente al gobierno y al pueblo de Israel y transmitimos nuestras condolencias por las vidas israelíes perdidas en estos ataques”.

Arabia Saudí, que ha mantenido conversaciones con Washington para la normalización de sus relaciones con Israel, pidió contención a los dos bandos.

La ofensiva insurgente coincide con una histórica división en Israel por la reforma judicial propuesta por el gobierno de Netanyahu. Las manifestaciones masivas contra el plan sacaron a cientos de miles a las calles y llevaron a cientos de reservistas militares a evitar el servicio voluntario — unas reacciones que han generado dudas acerca de la preparación del ejército para el combate y sobre su capacidad de disuasión.

La incursión supone un importante logro — y una escalada — para Hamás y ha obligado a millones de israelíes a refugiarse en lugares seguros de las explosiones de los proyectiles y de las continuadas balaceras con los insurgentes. Ciudades y pueblos se vaciaron mientras el ejército cerraba carreteras próximas a Gaza. Tanto el servicio de emergencias israelí como el Ministerio de Salud palestino pidieron a la población que done sangre.

“Entendemos que esto es algo grande”, dijo el teniente coronel Richard Hecht, un vocero del ejército israelí, a reporteros, añadiendo que se ha llamado a los reservistas a filas.

Hecht se negó a comentar cómo consiguió Hamás sorprender al ejército. “Es una buena pregunta”, añadió.

AP