Astrónomos afirmaron que existe la posibilidad de que el recién lanzado telescopio espacial James Webb de la NASA detecte vida extraterrestre o incluso signos de civilización extraterrestre avanzada en planetas fuera del Sistema Solar, si es que existen.

Los astrónomos esperan que el nuevo telescopio cambie la forma en que entendemos nuestro universo, al igual que hizo el telescopio espacial Hubble décadas antes. Y es que, entre otras, una capacidad tentadora que ofrece el James Webb, a diferencia del Hubble, es la oportunidad de obtener imágenes directas de exoplanetas individuales que orbitan alrededor de estrellas lejanas; una perspectiva tentadora que, según algunos, podría llevarnos a descubrir vida.

Rastros detectables de clorofluorocarbonos (CFC)
En concreto, astrobiólogos, incluidos los de la NASA y la Universidad Estatal de Pensilvania (EE.UU.), aseguran que el James Webb tiene el potencial para detectar marcadores de habitabilidad, así como firmas atmosféricas y superficiales de vida en otros planetas.

En un estudio aún no revisado por pares, publicado a principios de este mes en el servidor de preimpresión ArXiv, afirmaron que, con los ajustes adecuados, el potente telescopio podría utilizarse para detectar planetas con rastros detectables de clorofluorocarbonos (CFC) en su atmósfera.

“Tecnofirmas”
En la Tierra, los gases de efecto invernadero como los CFC, que agotan la capa de ozono, y que han persistido debido a su larga vida en las capas más externas de nuestra atmósfera, son un claro indicador de una civilización industrializada.

Bajo esta misma premisa, según el razonamiento de los científicos, civilizaciones extraterrestres también podrían dejar o haber dejado señales similares, componentes atmosféricos artificiales,en otros planetas, lo que podría considerase como “tecnofirmas” en la búsqueda de vida extraterrestre.

“Las biofirmas se refieren en general a cualquier evidencia de vida detectable a distancia, mientras que las ‘tecnofirmas’ describen específicamente la evidencia observacional de tecnología que podría ser detectada a través de medios astronómicos”, escribieron los científicos en el estudio.

“Las tecnofirmas son una continuación lógica de la búsqueda de biofirmas, ya que ambas se basan en la historia de la vida y la tecnología en la Tierra como ejemplos de la evolución planetaria”, explicaron.

El sistema TRAPPIST-1
El equipo incluso identificó un buen primer objetivo para buscar CFC: TRAPPIST-1, un sistema formado por varios planetas del tamaño de la Tierra que orbitan alrededor de una estrella enana roja situada a apenas 40 años luz.

“Los CFC son un ejemplo notable de tecnofirmas en la Tierra, y la detección de CFC en un planeta como TRAPPIST-1e sería difícil de explicar a través de cualquier característica biológica o geológica que conocemos hoy en día”, se lee en el documento.

Sin embargo, los científicos admitieron que la capacidad del nuevo telescopio para encontrar CFC en otros planetas tiene varias limitaciones. Por ejemplo, si la estrella de un planeta es demasiado brillante, ahogará la señal. Por lo tanto, el telescopio tendrá más éxito observando estrellas de clase M, que son enanas rojas tenues y de larga vida, como el TRAPPIST-1.

Por desgracia, las estrellas de clase M no suelen ser propicias para la vida, aunque los expertos advierten que, si se ralentizan a medida que envejecen, pueden llegar a ser más habitables.

Según reporta Universe Today, el telescopio James Webb podría ver los CFC en los planetas de TRAPPIST-1, porque la estrella tenue no ahogará la firma de los CFC de la misma manera que lo haría una estrella brillante, como nuestro Sol (una estrella de tipo G).

Un futuro emocionante en la exploración espacial
No obstante, eso podría cambiar pronto a medida que se vayan desarrollando tecnologías aún más capaces. “En las próximas décadas habrá al menos dos de las tecnofirmas pasivas de la Tierra, las emisiones de radio y la contaminación atmosférica, que serían detectables por nuestra propia tecnología alrededor de la estrella más cercana”, aseguró el equipo.

En cualquier caso, el hecho de que estemos a punto de tener la capacidad de mirar directamente abre un gran abanico de posibilidades para entender el cosmos. Como concluye el artículo, “con el lanzamiento del telescopio James Webb, la humanidad puede estar muy cerca de un importante hito en la búsqueda de inteligencia extraterrestre”.

(Con información de DW)