(Bloomberg) — La recuperación económica de Estados Unidos se ve amenazada por la variante delta del covid-19. Aumentar las tasas de vacunación es lo más importante que puede hacer EE.UU. para sostener la economía durante los próximos meses. Sin embargo, más allá de eso, la recuperación total podría requerir la creación de nuevas vacunas contra delta y otras variantes que puedan surgir.

Los mercados bursátiles estadounidenses y los rendimientos de los bonos del Tesoro sufrieron fuertes caídas en los últimos días antes de recuperarse. A pesar del repunte, la volatilidad evidencia que los inversionistas están preocupados por la salud de la recuperación. No se trata solo de los mercados; hay algunos signos concretos de debilidad económica, como una semana con un número inesperadamente alto de solicitudes iniciales de subsidio por desempleo. Las luces aún no parpadean en rojo, pero son claras señales de advertencia.

La razón obvia es la variante delta del covid. Esta variante, que es a la vez más contagiosa y más resistente a las vacunas que las versiones anteriores del virus, se ha convertido en la cepa dominante en EE.UU. Como resultado, los casos están aumentando nuevamente. Si EE.UU. termina pareciéndose al Reino Unido, el país enfrentará otra gran ola de casos.

El riesgo económico no es una renovación de la política de cierres y distanciamiento social obligatorio; la población estadounidense y los funcionarios del Gobierno parecen estar hartos de tales medidas restrictivas. Pero, de hecho, los confinamientos nunca fueron un factor significativo que haya contribuido a la devastación económica de 2020. La evidencia sobre el momento y el rigor de las medidas de distanciamiento social impuestas por el Gobierno ha demostrado que la mayor parte del daño económico se produjo independientemente de ellas. Tampoco las reaperturas a nivel estatal dieron un gran impulso a las economías.

Pero si los cierres no fueron lo que perjudicó a la economía, ¿qué fue? Fue simplemente el miedo generalizado al virus. La existencia de una plaga mortal y altamente contagiosa es una poderosa razón para hacer pedidos en Amazon.com en lugar de ir a una tienda, o para cenar en casa en vez de ir a un restaurante. Algunas personas salieron, sin tener en cuenta el peligro, pero esa escasa demanda no fue suficiente para mantener a las empresas de servicios locales, que despidieron a sus trabajadores.

Después de la ola inicial, cuando el uso de mascarilla se convirtió en algo habitual y la gente comenzó a comprender los riesgos a los que e enfrentaba, la actividad económica no se vio tan afectada por el miedo, incluso durante el desalentador repunte durante el otoño y el invierno a fines de 2020 y principios de 2021. Pero fue solo después de que las vacunas estuvieron ampliamente disponibles que las economías locales realmente comenzaron a revivir.

La variante delta pone en peligro esa rápida recuperación. Su alta capacidad de contagio significa que incluso un porcentaje bastante sustancial de estadounidenses vacunados no será suficiente para proteger a los no vacunados de contraer el virus. Y en EE.UU. hay mucha gente sin vacunar, gracias en parte a la campaña de la derecha contra las vacunas (seguras y muy efectivas). Incluso un reciente aparente cambio positivo en el tono de Fox News hacia las vacunas es poco probable que contrarreste el efecto corrosivo de meses de propaganda antivacunas altamente politizada. Y, aunque algunos de esos estadounidenses no vacunados sin duda serán tan machos al desafiar a la variante delta como lo fueron con la versión original del coronavirus, algunos considerarán más prudente evitar un poco más los espacios interiores congestionados.

Mientras tanto, incluso los estadounidenses vacunados podrían dudar en salir a la calle ante la variante delta. Las vacunas de ARNm de Moderna Inc. y Pfizer Inc.-BioNTech SE reducen significativamente el riesgo de contagiarse con delta y, en la gran mayoría de los casos, evitan que las personas vacunadas se enfermen tan gravemente como para ser hospitalizados o morir. Sin embargo, no eliminan por completo los riesgos: hay un número bastante considerable de personas que se contagian después de haber recibido todas las dosis recomendadas. Y aunque esos rara vez son casos mortales, sigue existiendo la posibilidad de que los síntomas se prolonguen, lo que se conoce como “covid largo”, incluso entre los jóvenes.

Quizás si estuviéramos en marzo de 2020, este nivel de riesgo no sería suficiente para disuadir a los estadounidenses de salir a comer y comprar. Pero han tenido un año para adaptarse a los hábitos de distanciamiento social, y puede que muchos simplemente decidan alargar su vida pandémica un poco más hasta que la amenaza del delta haya pasado. Para verificar si esto está ocurriendo, dé un vistazo a los datos de reserva de restaurantes de OpenTable. Hasta ahora no se ven tan mal, pero si eso cambia, tenga cuidado:

El tráfico de restaurantes será un indicador de qué tanto está afectando la variante delta los hábitos de las personas.

¿Qué puede hacer alguien para disipar esta posibilidad? Al igual que antes, solo derrotar al virus a través de una campaña de vacunación más masiva hará que la economía vuelva a ser plena y confiable. Necesitamos una campaña de información pública intensificada, incluidos los medios de comunicación de derecha, para que eso suceda. Pero a más largo plazo, la confianza podría aumentar con la rápida aprobación por parte del Gobierno de refuerzos de vacunas diseñados específicamente para el delta y otras variantes que ahora pueden estar surgiendo. En última instancia, es posible que se necesiten varias repeticiones de vacunas para erradicar el covid de la economía estadounidense.