WASHINGTON (AP) — A medida que su tiempo en la Casa Blanca termina rápidamente, el presidente Donald Trump está recompensando a algunos partidarios y aliados con las ventajas y el prestigio que conlleva servir en juntas y comisiones asesoras federales.

El jueves, Trump anunció su intención de nominar a dos autores de libros elogiosos sobre él a una junta que hace recomendaciones sobre investigación educativa. Otro autor que ayudó a escribir un libro favorable sobre el presidente fue elegido para la misma junta unos días antes.

El miércoles, el Departamento de Defensa anunció que Michael Pillsbury —un partidario de mantener una línea dura con China— presidirá una junta asesora del Pentágono sobre cómo mejorar la seguridad nacional. Pillsbury se ha desempeñado como asesor externo del presidente en temas relacionados con Beijing.

El martes, Trump dijo que nombraría a su exasesora y directora de campaña de 2016, Kellyanne Conway, para formar parte de la junta de visitantes de la Academia de la Fuerza Aérea. En el mismo directorio estará Heidi Stirrup, aliada del principal asesor de Trump, Stephen Miller. Ella se desempeñaba como enlace de la Casa Blanca en el Departamento de Justicia hasta que altos funcionarios de dicha agencia se enteraron de sus esfuerzos para recopilar información sobre casos en curso y el trabajo del departamento sobre fraude electoral.

La secretaria de Transporte, Elaine Chao, fue una de las personas designadas para integrar la junta directiva del Centro John F. Kennedy para las Artes Escénicas. Ella está casada con el líder de la mayoría en el Senado, Mitch McConnell, republicano por Kentucky.

No es inusual que los presidentes salientes hagan una serie de nombramientos en juntas y comisiones antes de dejar el cargo. A tres días de su mandato, el presidente Barack Obama nombró a la asesora principal Valerie Jarrett y a la asesora de seguridad nacional Susan Rice para la junta del Centro Kennedy.

Paul Light, experto en burocracia federal y profesor de la Universidad de Nueva York, describe la práctica como “indecorosa”, aunque reconoce que todas las administraciones lo hacen.

“Pero nadie hace estas cosas con más politización que Trump”, acotó Light.

La Casa Blanca no respondió a una solicitud de comentarios sobre lo que el presidente busca lograr con los nombramientos y cómo cree que mejorarían el trabajo del gobierno federal.